Si es para una salsa en caliente, siempre podemos sustituirla por una nata de menor porcentaje de grasa, o añadir leche/bebida vegetal, diluyendo almidón de maíz para lograr espesar la mezcla.
Otra opción es utilizar yogur natural o queso fresco, en las mismas proporciones en las que utilizaríamos la nata.
En salsas frías, la opción de queso fresco con leche o bebida vegetal es buena, ya que conseguiremos un resultado casi idéntico. Para un postre, la opción de leche evaporada, leche en polvo mezclada con agua, o unas claras de huevo montadas y ligadas a un queso fresco o yogur, son una buena opción.
Para opciones veganas o sin lactosa, podemos elegir las alternativas de leche de coco (la parte más grasa) o bebidas vegetales mezcladas con almidón de maíz.