Vida OurenSana

Gnosis, conocimiento supremo

La verdadera iluminación debería no solo ser la cumbre de la espiritualidad, también que nuestro cuerpo esté a la altura.
photo_camera La verdadera iluminación debería no solo ser la cumbre de la espiritualidad, también que nuestro cuerpo esté a la altura.

Si fueran ya pocos los problemas diarios que tenemos por delante, están además en el fondo, los grandes interrogantes de nuestra existencia: ¿quiénes somos?, ¿a dónde vamos?...

Al “homo sapiens” se le ha ido desarrollando tanto la corteza cerebral, que solo sabe interpretar lo que observa a través de su mente, y lo peor es que esta exagerada racionalización de todo, muy útil para la tecnología actual, no le sirve en realidad ni siquiera para conocerse a sí mismo, pues la observación de lo observado nunca puede ser la observación misma. Por eso fundamentalmente, en vez de ser transcendente en los grandes interrogantes, suele pasar de ellos, sobre todo cuando ve que con el razonamiento no puede comprenderlos, así que se dice a sí mismo, que para qué perder el tiempo en cosas que no puede entender. Aquí desde Occidente se les considera agnósticos, pero en realidad no lo son tampoco, pues en Oriente el verdadero agnosticismo puede conducir a la gnosis, que es una práctica del budismo, que aunque, no con ese nombre, también se desarrolló entre los primeros cristianos, para profundizar en el mensaje de Jesucristo. Naturalmente esta gnosis a la que me refiero, nada tiene que ver con las sectas actuales que pueda haber con ese nombre.

El verdadero agnóstico, trata de aceptar la duda, con preocupación y dolor, pudiendo llegar incluso a la depresión, por no ser capaz de comprender, pero manteniéndose firme en dicha duda y en la paradoja tremenda de no querer tener pensamientos, cuando él es el que más tiene, hasta llegar a transcenderla, y así llegar a la gnosis o sabiduría del conocimiento supremo, sin influencias de ningún tipo. Naturalmente esto solo es posible con una práctica continuada, sea a través de una religión como el cristianismo, basada en el Amor o el budismo basado en la meditación, u otra cualquiera que llegue adonde hay que llegar, de modo que se llegue a ese conocimiento directo, donde el objeto buscado y el sujeto que busca, se conviertan en la misma cosa, transcendiendo lo racional, por lo que a este conocimiento se le puede también llamar transracional o intuitivo.

De todas formas, mi opinión personal, es que somos seres somato-psíquicos-energéticos-espirituales, y por lo tanto, la verdadera iluminación debería no solo ser la cumbre de la espiritualidad, sino también que nuestro cuerpo físico esté a la altura de esa cumbre espiritual e igualmente los aspectos psíquico y energético. Cuanto más elevado es el árbol, más raíces profundas necesita para afirmarse y nutrirse de la tierra. Además, esos cuatro aspectos del ser humano, en la iluminación, han de estar bien integrados en esa sola persona. 

Por último, suele ocurrir que algunas personas lleguen a estar próximas a dicha cumbre o incluso llegar a ella pero que queden afectados por ello, pero de alguna manera su iluminación no puede ser completa, pues la verdadera iluminación es sin apego a la iluminación, de modo que solo el verdadero iluminado se da cuenta del que también lo está, pasando desapercibido para las demás personas.

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