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Recuperación de peso después de una dieta de adelgazamiento

Una mujer desayunando.
photo_camera Una mujer desayunando.

La pérdida máxima de peso basada en estrategias dietéticas y cambios conductuales suele estancarse después de los 6 meses de la dieta. 

Uno de los principales retos en este sentido es minimizar la recuperación del peso (efecto rebote) tras la pérdida inicial. Algunos investigadores han indicado que el momento en que se realizan las ingestas y de forma específica, la realización del desayuno y el consumo de meriendas después de cenar, podría influir particularmente en la recuperación del peso tras la pérdida.

Un trabajo de la Universidad de California, estimó el efecto de intervenciones hipotéticas de realización con mayor o menor frecuencia respecto a hacer el desayuno y meriendas después de la cena en relación con los cambios en el peso y en la composición corporal a lo largo de 18 meses tras un programa de pérdida de peso de 6 meses.

Los autores analizaron los datos del estudio Innovative Approaches to Diet, Exercise, and Activity (IDEA). Respecto a las diferentes estrategias dietéticas, los participantes fueron asignados de forma aleatoria tras 6 meses de un plan para perder peso, a una de las siguientes estrategias dietéticas durante 18 meses para estudiar las hipótesis relacionadas con la disminución del aumento de peso:

    1. Desayunar de forma frecuente (desayuno 5–7 veces por semana).

    2. Desayunar de forma irregular (desayuno de 0–4 veces por semana).

    3. Evitar comer después de cenar (tentempiés después de la cena de 0 a 2 veces por semana).

    4. Comer un tentempié después de la cena de forma frecuente (tentempiés después de la cena 3 – 7 veces por semana).

Los resultados mostraron que si todos los participantes hubieran desayunado frecuentemente (5–7 veces por semana), habrían recuperado 2,95 kg de peso menos que si todos los participantes no desayunaran de forma frecuente (0–4 veces por semana). 

Si todos los participantes no hubieran tomado un tentempié después de la cena de (0–2 veces por semana), habrían recuperado una media de 2,86 kg de peso menos que si todos consumieran regularmente un tentempié o merienda después de cenar.

La investigación, ha estimado que evitar las comidas posteriores a la cena y desayunar regularmente, puede reducir de forma modesta el peso y la recuperación de grasa en los 18 meses posteriores a la pérdida de peso inicial entre adultos jóvenes con sobrepeso y obesidad. Además, realizar de forma frecuente y durante tiempo el desayuno, podría ser más beneficioso para mantener el peso perdido después de 18 meses en personas que no desayunaban de forma habitual antes de perder peso. 

Los autores señalan que estos resultados pueden utilizarse para proponer recomendaciones en los tratamientos dietéticos de mantenimiento del peso ante la falta de investigaciones a largo plazo sobre el momento de las comidas. 

REF: Elah y col. Una intervención hipotética del momento de la ingesta dietética sobre el peso y la composición corporal después de la pérdida de peso inicial. Obesity. Volumen 31, edición 4, abril 2023; páginas 1095-1107.

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