Es importante señalar que, aunque todavía no hay consenso y que la evidencia científica hasta el momento no se ha centrado en si los huevos orgánicos están directamente asociados con los beneficios para la salud, los ensayos bioquímicos indican concentraciones más bajas de contaminantes ambientales y más altas de micronutrientes deseables por sus efectos positivos para la salud.
En lo que sí se ha avanzado, no sólo para los huevos sino también para otros alimentos producidos orgánicamente, ha sido en conocer el valor nutricional de los alimentos orgánicos en comparación con los alimentos convencionales, lo que a su vez podría generar ventajas para la salud humana.
El huevo es un alimento completo, que aporta proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos insaturados, vitaminas y minerales con potencial antioxidante, y además es ampliamente consumido en todo el mundo.
En Europa, la producción de huevos orgánicos está regulada y requiere que las gallinas reciban alimentación de vegetales orgánicos y que no solo estén libres de jaulas, sino que también tengan un área al aire libre para moverse y comportarse con la misma libertad que tenían originalmente.
Se ha encontrado concretamente que los huevos de gallina orgánicos, en comparación con los convencionales, tienen menos grasas saturadas (huevos convencionales: 85,7 g kg 1 yema; huevos orgánicos: 68,1 g kg 1 yema), mejor proporción de las grasas insaturadas y menos disruptores endocrinos como el ftalato de dimetilo (DMP) (huevos convencionales: 76 %; huevos orgánicos: huevos: 52%). Además, algunos estudios señalan que los huevos ecológicos están menos expuestos a los antibióticos y menos contaminados por Salmonella.
Se supone que estas diferencias biológicas se explican en gran parte por la alimentación animal en base a productos mayoritariamente orgánicos y en condiciones más higiénicas.
En particular, en la dieta de las gallinas en diferentes tipos de cría, frente al pienso habitualmente utilizado en la cría en jaulas convencionales, la agricultura ecológica (y en la cría sin jaulas) favorece el consumo predominante de hierba de zonas exteriores, que aporta altas cantidades de fibra, tocoferol, carotenoides y flavonoides, permitiendo un paso de sustancias bioactivas que podrían otorgar mayor calidad nutricional al huevo orgánico en comparación con el huevo convencional.
Asimismo, se ha demostrado que el alojamiento sin jaulas y con espacio exterior adecuado para el comportamiento animal asegura que las gallinas ponedoras puedan moverse libremente durante algunas horas del día y, en consecuencia, estén menos estresadas.
Es evidente que el resultado de medidas basadas en la sostenibilidad, la nutrición animal de alta calidad y el bienestar animal se traduzca en un pienso que genera una menor huella ambiental y especialmente, una mayor densidad nutricional en comparación con la producción de huevos convencional.
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