Malek Mohamed, tras estallar la rebelión en el país, no tomó las armas, sino la cámara de vídeo

Un adolescente de 14 años, el periodista más joven de Libia

Malek Mohamed toma imágenes con su cámara de la llegada del presidente del CNT libio. (Foto: JORGE FUENTELSAZ)
Tiene catorce años, la manos filamentosas y la mirada estrábica, su nombre es Malek Mohamed y el pasado febrero, tras el estallido de la rebelión popular en Libia, no tomó las armas como muchos de sus compatriotas, sino que hizo lo que siempre había querido, ser periodista. 'Siempre me gustó el periodismo y con la revolución me decidí a empezar', dice Malek, quien explicó tras asistir a una rueda de prensa del presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafa Abdulyalil, que primero trabajó en el periódico Al Rai y en otros medios hasta que decidió fundar, el pasado junio, una agencia de información, la primera de l
'Siempre me gustó el periodismo y con la revolución me decidí a empezar', dice Malek, quien explicó tras asistir a una rueda de prensa del presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafa Abdulyalil, que primero trabajó en el periódico Al Rai y en otros medios hasta que decidió fundar, el pasado junio, una agencia de información, la primera de la Libia rebelde.

La Agencia Brega de noticias (Wikalat Brega al Ajbariya), de la que es fundador y director, cuenta con 21 trabajadores, todos voluntarios. 'Veinte en Bengasi y uno en Gaza, en Palestina', asegura Malek que habla de establecer delegaciones nacionales e internacionales, en Trípoli y Arabia Saudí. La agencia abierta en la red social de Facebook desde hace cuatro meses, tiene 2.770 seguidores, y en su perfil dice que es 'independiente', de 'toda Libia' y no a una ciudad o región del país, en referencia a las rivalidade que afloraron durante y tras la sublevación.

Su número de acreditación es el 2.571 y lo obtuvo en el centro de prensa del CNT, donde no ponen ninguna pega por su edad y confirman que en Libia es, al menos, el periodista más joven acreditado. Actúa con desparpajo, como si tener 14 años, ser periodista, ir a la escuela y acabar de vivir un conflicto armado de ocho meses fuera lo más normal del mundo. Sólo una cosa repite dos veces porque parece que le da un poco de vergüenza admitirlo: 'En el colegio algunos compañeros se quieren hacer fotos conmigo'.

'La agencia cubre información política, económica y social', indica el joven, que cuelga su último trabajo de la rueda de prensa de Mustafa Abdulyalil, desde la recepción de un hotel de Bengasi En la última rueda de prensa a la que asistió se le veía moverse con rapidez y a veces nerviosismo en la sala, atento siempre al momento en el que Adulyalil pudiera entrar por la puerta. Cuando el político entró, el resto de fotógrafos se abalanzaron y Malek perdió la toma. Aprovechando su menuda estatura, se escabullió entre las piernas de sus colegas y buscó un nuevo ángulo.

Además de fotos propias, echa mano de noticias y fotografías de otras agencias. Dice que en su casa lo apoyan y con un poco de resignación que compagina el colegio con el periodismo, y sólo dedica a su gran vocación las tardes y fines de semana. 'Me gustaría ser periodista internacional', concluye apenas sin pensárselo.

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