Clathrus archeri, conocido en castellano con los nombres de dedos del diablo, estrella roja, falsa flor, mano del diablo, pulpo de monte, seta calamar o simplemente clatro, es un hongo de origen australiano o neozelandés, perteneciente a la familia de las Phalláceas, cuya distribución se ha actualmente globalizado.
Su historia
Fue identificado por primera vez en Europa en el año 1914 en el Saint-Dié-des Vosges, Francia. Según algunas opiniones llegó hasta aquí durante la Primera Guerra Mundial a través de las esporas fijadas a las botas de los soldados australianos, a sus caballos o al forraje de los mismos. Pero la hipótesis más probable es que sus esporas hayan llegado a las fábricas de hilados de Raon-l’Étape, Burdeos, adheridas a la lana de las ovejas importada de Nueva Zelanda.
Más tarde, en los años sesenta, se constató su presencia en el sur de los Pirineos y a día de hoy, aún siendo foráneo, se ha extendido por toda la cornisa Cantábrica y Galicia, donde se ha adaptado bien, pasando de estar casualmente presente a convertirse en una especie invasora.
Etimológicamente, su nombre clathrus procede del griego klèithron y significa “cancilla o enrejado”, haciendo referencia a la forma de algunos hongos de este género; su epíteto archeri le fue dado en honor al naturalista del siglo XIX, Willian Archer.
Es un hongo de fácil identificación tanto por su llamativo color como por su sugestiva y rara forma, que difiere mucho de la estructura morfológica e imagen clásica que se tiene de los hongos con su pié y su sombrero. Cuando tienen que reproducirse emite desde el interior de una especie de huevo gelatinoso ocráceo, llamado carpóforo, que está algo aplanado en la parte superior, de cuatro a siete u ocho brazos de hasta doce centímetros de longitud, como los pétalos de una flor, que terminan en punta recordando los tentáculos de un cefalópodo o de una estrella de mar. Estos brazos que inicialmente están erectos y unidos por las puntas, se van separando poco a poco hasta caer a tierra. Asemejan a los dedos de un personaje monstruoso de ciencia ficción; son de color rojo brillante y están recubiertos de una especie de baba mucilaginosa de color negro verdosa llena de esporas de forma elipsoidal-cilíndrica. Sobre todo a corta distancia desprende un olor nauseabundo, como a carne en descomposición, que impregna a quien lo toca. Su aspecto asemeja, asimismo, al de la carne de animales en estado de putrefacción. En su interior se encuentra la zona fértil o himeneo, llamada también gleba, que atrae a los insectos, los cuales se encargan así de transportar y diseminar por todas partes las esporas que contiene. Su pie, rudimentario y de color blanquecino rosado, permanece dentro del huevo al abrirse.
Crece en verano y otoño a la sombra de bosques de hoja caduca, en zonas húmedas y con abundante materia orgánica, como prados y orillas de cauces de ríos. Raramente se encuentra en bosques de coníferas. No es corriente su presencia en la cuenca mediterránea, ya que la sequía no favorece su expansión.
Parece ser que los ejemplares jóvenes, en fase de huevo, son comestibles y tienen un sabor dulce, aunque debido a su olor repelente no es para nada apetecible. Mejor no probarlo. En este estado de huevo puede parecerse al Phallus impudicus.
Usos
El Clathrus archeri es un hongo que ha venido a quedarse entre nosotros al igual que el eucalipto, que es otra especie australiana invasora. Otras especies de este género identificadas por algunos micólogos en Galicia son Clathrus columnatus o cuerno apestoso, Clathrus crispus, cuyo jugo, una vez exprimido, se usaba en algunos países con fines medicinales, y el Clathrus ruber, conocido como “rejas del diablo” o “jaula roja”, que difiere del archeri porque sus brazos se entrelazan para formar una especie de gayola reticulada de color rojo; de hecho su epíteto ruber procede del latín y hace referencia a ese color.