El Grupo de Reología Aplicada y Tecnología de Fluidos Complejos de la Universidad de Sevilla (US), junto a investigadores de la Universidad de Huelva (UHU), trabaja en la producción de bioplástios con base protéica de origen animal.
Para ello aprovechan las proteínas concentradas en el gluten de trigo o en subproductos procedentes de la fabricación del almidón de la patata y del arroz, así como los excedentes de la albúmina de huevo y el cangrejo rojo de las marismas del Guadalquivir.
'El objetivo de esta investigación es sustituir los polímeros sintéticos no biodegradables por otros más respetuosos con el medio ambiente a la vez que reutilizar los residuos y excedentes industriales', señala el catedrático de la Facultad de Química y director del grupo, Antonio Guerrero Conejo, según informa la US en un comunicado. Para ello, se desarrolla una primera etapa de mezclado de todos los componentes y una segunda fase que responde a procesos de extrusión o de moldeo por compresión o inyección.
Estos materiales plásticos biodegradables se emplean además en el envasado de alimentos con el fin de prolongar la vida y conservación del mismo, ya sea por contacto directo, incluyendo alguna sustancia biocida en la matriz de bioplástico, o a través de la modificación de la atmósfera del embalaje, por ejemplo captando parte del oxígeno y/o desprendiendo dióxido de carbono.
Por otra parte, y respecto al aprovechamiento del cangrejo americano, Guerrero Conejo explica que se trata de utilizar la proteína concentrada en una harina que se produce a partir de este crustáceo y que se comercializa como producto de alimentación animal, para darle un valor añadido y obtener emulsiones y geles. Dichas sustancias se aplican más tarde en la producción de salsas finas tipo mayonesa o aderezos para ensalada y alimentos como el surimi, respectivamente.
El Grupo de Reología Aplicada y Tecnología de Fluidos Complejos de la US está formado por 12 doctores y seis titulados superiores, entre los que se encuentran especialistas en viscosimetría, reometría en cizalla, extensional y de mezclado, reología y microscopía simultánea, análisis DMTA (flexión), ensayos de compresión-tracción y textura, tensiometría superficial e interfacial, reología interfacial, homogeneización de suspensiones y emulsiones, tratamientos de alta presión, producción de semisólidos en planta piloto, estabilidad física de dispersiones por dispersión múltiple de luz, distribución de tamaños de partículas por difracción láser y técnicas de microscopía óptica, láser confocal, epifluorescencia, electrónica (SEM, TEM) y AFM.
Además, están equipados con instrumental científico e informático de última generación, simuladores y acceso a numerosas bases de datos sobre bibliografía y patentes. Ofrece también una importante capacidad formativa en materias de su especialidad.
'El objetivo de esta investigación es sustituir los polímeros sintéticos no biodegradables por otros más respetuosos con el medio ambiente a la vez que reutilizar los residuos y excedentes industriales', señala el catedrático de la Facultad de Química y director del grupo, Antonio Guerrero Conejo, según informa la US en un comunicado. Para ello, se desarrolla una primera etapa de mezclado de todos los componentes y una segunda fase que responde a procesos de extrusión o de moldeo por compresión o inyección.
Estos materiales plásticos biodegradables se emplean además en el envasado de alimentos con el fin de prolongar la vida y conservación del mismo, ya sea por contacto directo, incluyendo alguna sustancia biocida en la matriz de bioplástico, o a través de la modificación de la atmósfera del embalaje, por ejemplo captando parte del oxígeno y/o desprendiendo dióxido de carbono.
Por otra parte, y respecto al aprovechamiento del cangrejo americano, Guerrero Conejo explica que se trata de utilizar la proteína concentrada en una harina que se produce a partir de este crustáceo y que se comercializa como producto de alimentación animal, para darle un valor añadido y obtener emulsiones y geles. Dichas sustancias se aplican más tarde en la producción de salsas finas tipo mayonesa o aderezos para ensalada y alimentos como el surimi, respectivamente.
El Grupo de Reología Aplicada y Tecnología de Fluidos Complejos de la US está formado por 12 doctores y seis titulados superiores, entre los que se encuentran especialistas en viscosimetría, reometría en cizalla, extensional y de mezclado, reología y microscopía simultánea, análisis DMTA (flexión), ensayos de compresión-tracción y textura, tensiometría superficial e interfacial, reología interfacial, homogeneización de suspensiones y emulsiones, tratamientos de alta presión, producción de semisólidos en planta piloto, estabilidad física de dispersiones por dispersión múltiple de luz, distribución de tamaños de partículas por difracción láser y técnicas de microscopía óptica, láser confocal, epifluorescencia, electrónica (SEM, TEM) y AFM.
Además, están equipados con instrumental científico e informático de última generación, simuladores y acceso a numerosas bases de datos sobre bibliografía y patentes. Ofrece también una importante capacidad formativa en materias de su especialidad.