La clave de estudiar en verano está en la organización

Joven estudiando. Silviarita, Pixabay.
photo_camera Joven estudiando. Silviarita, Pixabay.
¿Te ha tocado estudiar este año durante el verano? Sabemos que es duro, por eso queremos darte unos consejos que te ayuden a llevarlo lo mejor posible

Ah, el verano. Esa época de altas temperaturas que normalmente asociamos al descanso, en parte debido al recuerdo de aquellos felices tiempos de la niñez, en los que todo era nuevo y jugábamos a hacer y deshacer en la arena de la playa. 

Pero la realidad no siempre es tan gustosa, y nos pasaremos buena parte de los veranos de la edad adulta persiguiendo la zanahoria, o sea, trabajando y estudiando. 

Aplica estos consejos si te toca estudiar en verano

La práctica del estudio precisa de una buena capacidad de concentración y de cierta dosis de motivación, y más aún en verano. Por eso, para que no te quedes por el camino, La Región trae esta serie de consejos con el objetivo de que no se te atraganten las páginas. Que no se te haga bola estudiar con los mercurios a 30 ó 40 grados.

Las dos D's: descanso y dieta

Sí, no solo es importante para los deportistas de élite. El hecho de dormir bien por la noche permitirá mantener la estabilidad emocional y que el cansancio no nos devore. Lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas, si bien esta cifra es aproximada y podría variar un poco según la persona y sus circunstancias. 

Del mismo modo, seguir una dieta equilibrada es también básico para mantenernos mentalmente estables y con buena disposición para el ejercicio del estudio.

Lo más importante de un edificio son los cimientos. Por lo tanto, para una persona que quiera realizar cualquier actividad de la mejor manera, es primordial mantener el bienestar físico y mental.

Espacio y tiempo: programa los horarios, ten en cuenta el escenario

Sobra decir que la planificación es la base del éxito en muchos casos. Por lo tanto, dedicar unos minutos a estructurar nuestros meses, semanas y jornadas de estudio con objetivos a corto, medio y largo plazo es básico para conseguir lo que nos proponemos. 

Y lo mínimo que debemos razonar de antemano es qué horario vamos a seguir. Si nos ponemos un horario cerrado, como si trabajarámos en la oficina de una empresa, será más fácil que cumplamos objetivos y dejemos la procastinación para otro día. 

En cuanto al lugar de estudio, debes otorgarle importancia, porque el entorno también influye. Intenta construirle al estudio un hogar fijo en el que te encuentres cómodo y nada ni nadie te moleste, la luminosidad sea la adecuada y puedas encadenar días y días de trabajo casi sin darte en cuenta. 

En cualquier caso, según la personalidad de cada uno, también puedes considerar ser nómada de vez en cuando, y desconectar de la rutina estudiando en la biblioteca, la casa de algún amigo responsable o una playa fluvial, como la chica de la foto que encabeza este artículo. 

Hazte un traje a medida para el descanso

Estructura los descansos de manera que sean lo más eficientes posible. Conoce a tu cuerpo y tu mente. A algunas personas les puede valer descansos de 5 minutos cada hora de estudio.

Si, en cambio, lo que más te cuesta es ponerte en marcha, pero luego eres capaz de trabajar a destajo una vez concentrado, un truco para evitar la pereza es encadenar sesiones de estudio cada vez más largas, con descansos estables. Por ejemplo, estudiar un cuarto de hora, descansar 10 minutos, estudiar 30 minutos, descansar otros 10, estudiar 45, y así sucesivamente. 

Y no olvides que realizar deporte, como algo de yoga en casa o salir a correr 4 kilómetros, es una manera muy rápida de desconectar entre sesiones.

¿Qué escuchas a tu alrededor?

También según la persona, puede que necesites estudiar en el más completo silencio. En ese caso, tenlo en cuenta a la hora de elegir tu lugar de estudio. Si, en cambio, prefieres algo de movimiento, puedes confeccionar una playlist para escuchar música mientras haces la tarea.

Juega y pásalo bien

Y, por último, recuerda que la vida son dos días y hemos venido a divertirnos, así que intenta gamificar todo lo que puedas tu estudio. De vez en cuando, para comprobar tus conocimientos, pídele a algún amigo que te pregunte, o prepárate tú mismo un examen. Seguro que así se te hace más ameno. 

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