Las bombillas están diseñadas para durar mil horas cuando podrían hacerlo más de cien años y un chip limita el tiempo de vida útil de las impresoras, según demuestra el documental 'Comprar, tirar, comprar', que critica la obsolescencia programada por las empresas para incentivar el consumo. 'Esta práctica empresarial se ha convertido en la base de la economía moderna, a pesar de las terribles consecuencias medioambientales de un sistema que genera toneladas de residuos inútilmente', señaló la realizadora del filme, Cosima Dannoritzer, durante la presentación del documental, que emitirá esta semana TV3 y el próximo enero TVE
'Esta práctica empresarial se ha convertido en la base de la economía moderna, a pesar de las terribles consecuencias medioambientales de un sistema que genera toneladas de residuos inútilmente', señaló la realizadora del filme, Cosima Dannoritzer, durante la presentación del documental, que emitirá esta semana TV3 y el próximo enero TVE.
El documental, que también se emitirá próximamente en Irlanda, Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, Finlandia y Austria, demuestra que el ciclo producción-consumo-desecho es cada vez más rápido, pero no es nuevo. La obsolescencia programada nació en los años 20, cuando las principales empresas de producción de bombillas se pusieron de acuerdo para limitar la vida de las mismas a un máximo de mil horas. Antes de este acuerdo, las bombillas duraban mucho más, como demuestra la que permanece encendida desde hace más de 100 años en un parque de bomberos de Estados Unidos.
Otro ejemplo revelador es el caso de las medias de nailon a prueba de carreras, que triunfaron entre las mujeres en los años 50 y después desaparecieron misteriosamente del mercado pese a su mayor duración. Los ejemplos se suceden hasta nuestros días, donde los casos más claros se encuentran en los productos electrónicos, como impresoras o iPods
IPOD CON BATERÍAS MALAS
El caso de los iPod fue llevado a los tribunales por una abogada de San Francisco (Estados Unidos) que denunció que la compañía Apple había aplicado la obsolescencia programada a las baterías, con la intención de que los iPod duraran poco y el consumidor se viera obligado a comprar otro al cabo de un año.
El documental, que también se emitirá próximamente en Irlanda, Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, Finlandia y Austria, demuestra que el ciclo producción-consumo-desecho es cada vez más rápido, pero no es nuevo. La obsolescencia programada nació en los años 20, cuando las principales empresas de producción de bombillas se pusieron de acuerdo para limitar la vida de las mismas a un máximo de mil horas. Antes de este acuerdo, las bombillas duraban mucho más, como demuestra la que permanece encendida desde hace más de 100 años en un parque de bomberos de Estados Unidos.
Otro ejemplo revelador es el caso de las medias de nailon a prueba de carreras, que triunfaron entre las mujeres en los años 50 y después desaparecieron misteriosamente del mercado pese a su mayor duración. Los ejemplos se suceden hasta nuestros días, donde los casos más claros se encuentran en los productos electrónicos, como impresoras o iPods
IPOD CON BATERÍAS MALAS
El caso de los iPod fue llevado a los tribunales por una abogada de San Francisco (Estados Unidos) que denunció que la compañía Apple había aplicado la obsolescencia programada a las baterías, con la intención de que los iPod duraran poco y el consumidor se viera obligado a comprar otro al cabo de un año.