Lagrange, la misión espacial europea que vigilará el Sol

 Imagen del Sol desde la cámara SWAP del satélite de la misión europea Proba-2.
photo_camera Imagen del Sol desde la cámara SWAP del satélite de la misión europea Proba-2.

Su objetivo es convertirse en un sistema de alerta temprana para prever fenómenos solares dañinos 

Manchas de hasta 150.000 kilómetros, viento y eyecciones violentas con partículas cargadas eléctricamente que podrían vencer el escudo natural de la Tierra forman parte de la actividad solar. La ciencia está aún lejos de predecirla pero Europa prepara una nueva misión espacial que vigilará continuamente el Sol. Se llama “Lagrange” -nombre provisional- y la Agencia Espacial Europea (ESA) prevé lanzarla en 2028 desde Kurú, Guayana Francesa; con cuatro cámaras y otros instrumentos, esta misión enviará sin interrupción datos del astro.

Su objetivo, convertirse en un sistema de alerta temprana para prever fenómenos solares que en ocasiones podrían dañar, por ejemplo, las comunicaciones, de las que la sociedad es tremendamente dependiente. Esta misión, según la ESA, “nos permitirá estar más seguros” y contribuirá a proteger infraestructuras civiles esenciales. “Lagrange mejorará nuestra capacidad para vigilar la actividad solar y para predecir los eventos solares, y nos ayudará a dar una alerta temprana en caso de un evento solar importante para que podamos mitigar el impacto, evitar daños y proteger mejor las vidas humanas”, señala Juha-Pekka Luntama, jefe de la oficina meteorológica espacial de la ESA.

Un ciclo de once años

Con 4.650 millones de años, el Sol presenta un ciclo de once años (promedio) a lo largo del cual su actividad magnética varía entre un mínimo y un máximo, cuando registra una mayor cantidad de manchas solares que son zonas más oscuras por su menor temperatura -ahora se dirige hacia ese máximo que se prevé en 2025-. El investigador en el Instituto de Astrofísica de Canarias, Héctor Socas-Navarro, afirma que las manchas suponen la manifestación más obvia y “sencilla” de la actividad solar. El primero en observarlas con telescopio fue Galileo Galilei.

No son lo mismo que las erupciones pero existe una relación. El campo magnético de las manchas es el almacén que proporciona las provisiones energéticas para las erupciones, que son explosiones en las capas altas del Sol que se manifiestan con un incremento del brillo y de la expulsión violenta de partículas cargadas eléctricamente (es lo que se denomina eyección de masa coronal).

Estas partículas expedidas a 1.000 o 2.000 kilómetros por segundo pueden eventualmente llegar a la Tierra, al vencer su escudo natural -magnetosfera-, lo que podría dañar las comunicaciones (móviles, GPS, etc). Aunque poco probables, las tormentas solares pueden ocurrir y de hecho hay registros a lo largo de la historia. El problema es que estas solo se preveen dos o tres días antes, lo que tardan las partículas en viajar a la Tierra, así que sigue es difícil establecer si preocuparse o no. De ahí la importancia de Lagrange. 

La nave estará a 60 grados justo por detrás de la Tierra

La ESA abrió un concurso para buscar nombre al proyecto, que por ahora se conoce como “misión Lagrange al punto L5” porque su destino definitivo se encuentra en el quinto punto Lagrange. Se trata de una ubicación “única”, gravitacionalmente estable en la misma órbita de la Tierra y más o menos a la misma distancia del Sol que nosotros, a unos 150 millones de kilómetros. Desde la posición L5, situada a 60 grados por detrás de nuestro planeta, la nueva nave espacial verá un lado del Sol diferente a nosotros. Su campo de visión desde ese punto permitirá monitorear el inicio de las eyecciones de masa coronal desde un ángulo diferente.

El diseño inicial de Lagrange incluye ocho instrumentos; cinco se dedicarán a la teledetección del Sol y del espacio entre este y la Tierra, y tres a la medición “in-situ” de los cambios del campo magnético interplanetario y del entorno particular en la posición L5. Cuatro de los cinco instrumentos de teledetección son cámaras. El viaje hasta este punto Lagrange durará hasta 46 meses; el contratista principal de la misión es Airbus y se espera participación española, pero aún es pronto para saber nombres, pues se está en negociación.

El presupuesto para el período 1 del programa de seguridad espacial se acerca a los 100 millones de euros; esto es “suficiente” para empezar su implementación. La próxima partida se espera se apruebe en el Consejo Ministerial de la ESA de 2022.

Las condiciones meteorológicas espaciales pueden provocar perturbaciones que, a veces, son lo suficientemente grandes como para que impacten en la sociedad: cancelaciones de vuelos, apagones o alteraciones en la navegación por satélite, con costes económicos. Además, para los astronautas el clima espacial puede ser un riesgo para su salud. 

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