Francisco se deja ver conduciendo un viejo Renault 4 del año 1984, con 300.000 kilómetros

El 'Cuatro Latas' del papa, regalo de un cura de Verona

El papa, ante el vehículo regalo del sacerdote de Verona. (Foto: O.V.)
Durante su etapa como arzobispo de Buenos Aires el ahora papa Francisco viajaba en metro; tras su elección como pontífice se subió al autobús con el resto de cardenales en lugar de ir en coche oficial, y renunció además a los vehículos de gama alta para escoger un sencillo Ford Focus como coche oficial. Además, el papa expresó recientemente su rechazo a que los sacerdotes viajen en vehículos 'último modelo' e incluso acudió a los garajes del Vaticano para inspeccionar si había coches de lujo en la flota de la curia.
El cambio de rumbo quedó marcado el 14 de marzo tras su elección como pontífice. En su primer día, Francisco realizó una visita a la Virgen en la basílica de Santa María Mayor. Para trasladarse le esperaba un Mercedes blindado, pero prefirió subirse a un Volkswagen Phaeton de la Gendarmería Vaticana. En el camino de regreso, Francisco se paró en la residencia donde se había alojado antes del Cónclave para recoger su maleta y pagar personalmente su factura. Desde entonces, el papa suele trasladarse en un Ford Focus, uno de los vehículos más modestos del parque móvil del Vaticano.

El pasado sábado, poco antes de la vigilia de oración por la paz convocada ante la tensión en Siria. Francisco se dejaba ver en un viejo 'Cuatro Latas', el popular modelo Renault 4 que comenzó a fabricarse en 1961 y que dejó de producirse hace ya más de 20 años.


AL VOLANTE

El vehículo es un regalo del sacerdote Renzo Zocca, de 70 años, quien lo utilizó durante buena parte de los 25 años en que fue párroco del barrio obrero de Saval en Verona. El coche es de 1984, con 300.000 kilómetros a sus espaldas, y el papa lo condujo personalmente el sábado pasado de regreso a Casa Santa Marta después de acercarse a una de las puertas del Vaticano para saludar a 50 peregrinos de Verona.

Don Renzo escribió el pasado 15 de julio al pontífice para ofrecerle un coche que testimoniaba sus años de trabajo en la barriada obrera . El 10 de agosto el propio papa le llamó por teléfono para darle las gracias y sugerirle que mejor vendiese el coche y entregase el precio a alguna obra de caridad. Según el sacerdote, 'le respondí que ese coche lo había dado ya todo a los pobres, y le confirme mi propósito de entregárselo. Me preguntó si tenía otro coche, y cuando le dije que tenía otro más reciente, lo aceptó, por lo que se lo entregamos el sábado', dijo don Renzo.

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