Exvicepresidente del Consejo Asesor de Inteligencia de EE.UU., adelantó el fin de la URSS en 1983

Meyer, el hombre que predijo la caída de la Unión Soviética

Ciudadanos de Moscú conversan con militares sobre un blindado, en agosto de 1991.  (Foto: BORIS YURCHENKO)
Dos años antes de que Mijaíl Gorbachov llegara al Kremlin, un informe se adelantó a la historia al predecir la caída de la todopoderosa Unión Soviética (1991), según confesó su autor, Herbert Meyer, entonces asesor especial de la CIA. 'Lo escribí para contrarrestar la visión de que la Guerra Fría era un rasgo permanente de nuestra sociedad y que lo máximo a lo que podía aspirar (Occidente) era a no perder', aseguró Meyer, actual analista político.
El informe '¿Por qué el mundo es tan peligroso?' fue completado en noviembre de 1983, aunque la CIA no aprobó su publicación hasta junio de 1985, tres meses después de que Gorbachov, a la postre último dirigente soviético, ascendiera a la secretaría general del Partido Comunista. 'Nadie me lo encargó', señala Meyer, que había trabajado durante diez años como especialista en la URSS de la revista estadounidense 'Fortune'.

Meyer cree que 'el punto de inflexión fue cuando el presidente (de EE.UU.) Ronald Reagan, junto a la primera ministra británica Margaret Thatcher y el papa Juan Pablo II decidieron dejar de jugar a la defensiva en la Guerra Fría y lanzarse al ataque'. 'En otras palabras, cuando decidieron que 'no perder' no era suficiente y que el objetivo era poner fin a la Guerra Fría de una vez y para siempre', precisa.


PROBLEMAS ESTRUCTURALES

Vicepresidente del Consejo Nacional de Inteligencia (1981-1985), órgano asesor de la CIA y de la Casa Blanca, Meyer desglosó en su documento varios de los graves problemas estructurales que asolaban entonces a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Al final, serían esos problemas y no la acción de EE.UU. los que acabarían por certificar la defunción del Estado totalitario comunista, aunque, según Meyer, la política de la Administración de Reagan contribuyó a su agravamiento.

'La URSS ha fracasado estrepitosamente a la hora de convertirse en un país. Después de 66 años de poder comunista, la URSS sigue siendo un imperio de estilo decimonónico integrado por más de un centenar de pueblos y dominado por los rusos', rezaba el documento. El informe apuntaba que 'la economía soviética está abocada al desastre (...) con índices de crecimiento por debajo del 2 por ciento y gastos en defensa que aumentaban un 4 por ciento anual'. 'Es una cuestión de simple aritmética (...), nunca subestimes la capacidad de adaptación de los rusos, pero hay un límite y ese límite se está acercando más cada año', vaticinaba. Meyer alertaba también sobre 'la pesadilla demográfica de la URSS' -seis abortos de media por mujer rusa-, un factor obviado por otros analistas y que motivó el descenso dramático de la mano de obra y un aumento del peso de las minorías étnicas descontentas.

En el plano internacional, destacaba en su informe que 'los países satélites de Europa del Este son cada vez más difíciles de controlar' debido a su progresivo empobrecimiento. 'Los dirigentes del Kremlin podrían impulsar los índices de crecimiento económico recortando el gasto en defensa o lanzando reformas económicas. Sin embargo, ambos remedios amenazarían el monopolio de poder del Partido Comunista', decía.

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