Los padres tienen que acompañar a sus hijos ‘día a día’ para detectar a tiempo conductas violentas

Los padres tiene que acompañar a sus hijos ‘día día’ para detectar a tiempo conductas violentas e intervenir si es necesario, según concluye el manual 'Adolescencia, violencia escolar y bandas juveniles. ¿Qué aporta el Derecho?' (Tecnos, 2009) elaborado por un equipo de expertos de las áreas del derecho, la psicología y la docencia.
La coordinadora de la obra y miembro del grupo de investigación Derecho y Menores de la Universidad Pontificia de Comillas, Isabel E. Lázaro, explicó que, en muchas ocasiones, los padres son ‘los grandes ausentes en la vida de los hijos’ y que su responsabilidad en la formación de los mismo ‘no se puede dejar’ exclusivamente en manos del colegio.

Así, la letrada añadió que la falta de los padres ‘está teniendo una transcendencia social muy importante’ en un contexto donde la conciliación familiar se perfila como uno de los factores a tener en cuenta para evitar la adopción de actitudes violentas. Sin embargo, la ritmo de vida de las ciudades dificulta que se alcance este objetivo a diferencia de lo que ocurre en las zonas rurales, en opinión de Lázaro.

‘Uno de los elementos que ha salido en todos los capítulos es precisamente que los hijos necesitan estar más tiempo con los padres.

En las ciudades, la vida es mucho más rápida y el tiempo que dedicamos a movernos de un sitio a otro es mayor. Esto se refleja en el estado en el que se encuentran los niños’, aseguró.

En este sentido, la experta añadió que la ausencia de los padres en las etapas claves de formación, ‘dificulta el diálogo’ cuando se trata de atajar problemas de agresividad, pero, que en cualquier caso, ‘no queda más remedio’ que intentarlo. Así, afirmó que ‘no se puede renunciar a ser padre’, incluso en los casos donde el menor manifiesta trastornos graves. ‘Lo que hay que hacer es buscar ayuda’, sentenció.

Por ello, criticó el hecho de que algunos padres deleguen la custodia de sus hijos en la entidad autonómica competente. ‘Es como devolver en una tienda algún producto defectuoso que se haya comprado’, comparó.

Con respecto a las víctimas de abuso escolar, Lázaro señaló que ‘el peor daño que se puede hacer es callar estas situaciones’, de ahí que aconsejara acudir al adulto responsable: ‘Bien a los padres, tutores, jefes de estudio o directores’. En esta línea, manifestó que en las comunidades autónomas ‘abundan teléfonos a los que pueden recurrir los niños para ser auxiliados’. Un ejemplo de ello, es la línea que habilitado el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid En el lado de los profesores, éstos también cuentan con teléfonos de asistencia como el 'Defensor del Profesor' puesto en marcha por el sindicato independiente ANPE-Madrid, y que registró más de 5.000 llamadas el curso pasado. La mitad de ellas pertenecen a docentes de Educación Secundaria.

Bandas juveniles

Por otro lado, en lo tocante a las bandas juveniles, la letrada insistió en que ‘no se pueden minimizar sus acciones porque no resulten graves’, por lo que animó a ponerse en contacto con la policía para que intervenga cuando se produzcan brotes violentos. Con todo, recordó que estos menores ‘necesitan de una atención especializada’ si han cometido algún delito y, por tanto, se les ha aplicado la Ley de Responsabilidad Penal del Menor.

‘No se les equipara a los adultos ni hay propiamente penas, sino que se ponen en marcha medidas educativas para reestablecer vínculos familiares y romper lazos con la banda’, explicó a la vez que identificó a los jóvenes con desarraigo y a los inmigrantes, ‘por la falta de un contexto social que les resulte acogedor’, como los principales grupos con riesgo a entrar en bandas juveniles.

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