En la misa de clausura de la JMJ les pidió derribar la violencia y el odio para construir un mundo mejor

El papa anima a los jóvenes a protagonizar cambios sociales

Tres millones de personas asistieron la la misa de clausura de la XXVIII JMJ en la playa de Copacabana. (Foto: L. ZENNARO)
El papa Francisco pidió ayer a los tres millones de jóvenes reunidos en Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que lleven el Evangelio 'para arrancar el mal y la violencia', demoler 'las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio' y les alentó a ser los protagonistas de los cambios sociales en el mundo.
'Queridos jóvenes, llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo', les dijo el papa en la misa de clausura de la JMJ.

La misa se celebró en la playa de Copacabana y durante la misma el papa pidió a los jóvenes católicos que 'no tengan miedo' y que anuncien el Evangelio por todo el planeta, 'ya que el mundo tiene necesidad de Cristo'. 'Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas de los cambios, ustedes son el futuro. No seáis cobardes, no 'balconeen' la vida, no quedaros mirando desde el balcón sin participar, entrad en ella, como hizo Jesús y construir un mundo mejor y más justo', les dijo el papa Bergoglio.


'VAYAN Y HAGAN DISCÍPULOS'

Francisco subrayó que Jesús dijo: 'vayan y hagan discípulos a todos los pueblos'; pero que no dijo: 'si quieren, si tienen tiempo, etc., dijo 'vayan y hagan discípulos''. El papa agregó que el mandato no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor.

'¿Adónde nos envía Jesús?', se preguntó el papa, que contestó que 'no existe fronteras, no hay límites, nos envía a todos, ya que el evangelio no es para algunos sino para todos, no es solo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores, es para todos'. 'Por ello, no tengan miedo de ir y llevar a Cristo, cuando vamos a anunciarlo, Él mismo va por delante y nos guía', destacó el papa, que agregó que la iglesia también les acompaña.

Francisco expresó su deseo de que ese mandato de 'vayan' resuene sobre todo en los jóvenes de América Latina, comprometido en la misión continental promovida por los obispos. El obispo de Roma manifestó que evangelizar es dar testimonio en primera persona y superar los egoísmos. 'Es servir inclinándose a lavar los pies como hizo Jesús', dijo el papa Bergoglio, quien añadió que cuando los cristianos hacen frente juntos a los desafíos averiguan que son 'fuertes'. 'Descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos'.

A la misa de Copacabana asistieron las presidentas de Brasil y Argentina, Dilma Rousseff y Cristina Fernández, respectivamente, y el mandatario boliviano, Evo Morales. Un total de 11.000 sacerdotes, 1.500 obispos y 60 cardenales concelebraron con el papa.

Durante la misa, se rezó por las víctimas del accidente ferroviario ocurrido en Santiago de Compostela, en el que murieron 79 personas. Al final de la misa, el papa entregó a cinco parejas de jóvenes, representantes de los cinco continentes, una pequeña reproducción del cristo Redentor, símbolo de Río de Janeiro, y un libro de plegarias.

El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo. Decenas de miles de jóvenes le acompañaron durante el recorrido, corriendo por la arena y el paseo marítimo. El papa se reunió con el comité coordinador del Consejo Episcopal Latinoamericano y con los voluntarios de la JMJ antes de regresar a Roma.

Te puede interesar
Más en Sociedad