Un pueblo granadino, entre los lugares del mundo con mejores vistas

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photo_camera Vista de la localidad granadina de Montefrío. (CASTILLO LOXA)

La prestigiosa revista 'National Geographic' incluyó en su lista a esta pequeña villa con reminiscencias moriscas que rebosa historia por los cuatro costados

Montefrío (Granada) es un pueblo de postal. La silueta de esta localidad conformada por la fortaleza árabe y la iglesia de la villa emplazados en la cima de un peñón en un audaz alarde arquitectónico le ha valido un puesto en el exigente ránking de ciudades del mundo con mejores vistas.

Ha sido la prestigiosa revista 'National Geographic' la que ha incluido en su lista a esta pequeña villa con reminiscencias moriscas que rebosa historia por los cuatro costados.

Adentrarse en sus blancas, estrechas y empinadas calles es remontarse a un pueblo del interior de Andalucía donde el legado de la cultura árabe permanece vivo; de hecho, Montefrío fue un bastión defensivo durante la reconquista de Al-Andalus.

Lo primero que impresiona en la visita a la villa es su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982, junto a su diversidad paisajística de las Peñas de los Gitanos integrado por centenares de dólmenes del Neolítico.

Decenas de turistas recorren estos días las intrincadas calles del pueblo en busca de la instantánea perfecta.

Vienen de Ronda (Málaga), Granada, Ávila e incluso de lugares más lejanos como California: es el caso del periodista Oliver Mcintyre, que no ha dudado en acercarse desde Málaga hasta Montefrío atraído por la recomendación de 'National Geographic'.

Junto a este estadounidense, numerosos curiosos se arremolinan a las puertas de la iglesia de la Villa que alberga en su interior el museo "El Centinela" en honor al papel defensivo que el pueblo jugó durante la reconquista del reino nazarí de Granada.

La alcaldesa de Montefrío, Remedios Gámez, afirma a Efe que los medios de comunicación y turistas no paran de llegar al pueblo.

"Hemos ampliado el horario de apertura de los monumentos y estamos trabajando para que los que nos visitan se lleven un grato recuerdo", comenta.

Gámez está satisfecha por la excelente promoción que supone esta noticia: "Esperamos duplicar el número de pernoctaciones esta Navidad porque la gente está reservando continuamente alojamientos y casas rurales".

La otra joya arquitectónica de Montefrío, que también acapara la mirada de los turistas y los propios lugareños, es la afamada iglesia de la Encarnación.

De planta redonda y sorprendente acústica interior es el lugar de peregrinación de miles de fieles durante todo el año.

La responsable de la oficina de Turismo, Cele Cuesta, indica que "es única en España y está inspirada en el panteón de Agripa".

Antes de que la revista 'National Geographic' se percatara de su belleza ya lo hicieron otros.

El enorme atractivo de este pequeño pueblo del Poniente granadino conquistó en la década de los 80 a Japón gracias a las instantáneas que Yuri Oyama, un profesor de la Universidad de Yokohama, captó de la villa y expuso en Tokio y en su misma ciudad.

El público quedó fascinado con el paisaje, que bautizaron como "La bella desconocida".

Desde entonces, el afán de los operadores turísticos japoneses por buscar destinos exóticos y pintorescos ha convertido a Montefrío en el escenario ideal para las bodas japonesas, hasta el punto de que el Ayuntamiento ha cuidado hasta el último detalle y ha señalizado su conjunto monumental en japonés.

Aparte del incipiente turismo, Montefrío vive del centenario olivar que se extiende en torno al pueblo y que forma parte de su patrimonio.

La cooperativa oleícola San Francisco de Asís y Queso Montefrieño, las dos empresas con más proyección internacional de la zona, llevan toda la vida etiquetando sus productos con la silueta de la villa.

Saben que la foto del pueblo vende y confían en que la noticia sea un revulsivo económico: "Ahora toca organizarse para ofrecer los mejores servicios al visitante", dice a Efe Nieves Zamora, propietaria de Queso Montefrieño, una pequeña fábrica donde se elabora de forma artesanal una amplia variedad de quesos, galardonados en los más prestigiosos concursos internacionales.

Y añade que este reconocimiento demuestra que "a veces han de venir otros de fuera para ayudarnos a descubrir la belleza que nuestros pueblos albergan".

Para el administrador de la almazara, Juan Cañete, "la foto del pueblo vende por sí sola", por eso la etiqueta de su aceite lleva la imagen de la villa.

"Hemos comenzado a vender en Japón y esperamos que nuestro oro líquido se comercialice, a partir de ahora, en otros países", dice.

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