China prohíbe el electroshock para tratar la adicción a Internet después de que se aplicara a 3.000 jóvenes

China ha prohibido la terapia de electroshock como tratamiento para la adicción a Internet, alegando que no está claro que sea segura y efectiva, después de la polémica suscitada por la aparición en los medios de comunicación de informaciones sobre que 3.000 jóvenes habían sido sometidos a ella.
El anuncio del Ministerio de Salud se produjo después de que la prensa diera a conocer que un polémico psiquiatra en Linyi, provincia de Shandong, había sometido a casi 3.000 adolescentes a descargas eléctricas para eliminar su supuesta adicción a internet.

El Gobierno chino ha llevado a cabo una campaña contra la adicción a internet durante más de un año, preocupado por el tiempo que emplea la gente joven en los cibercafés, que según considera afecta a sus estudios y perjudica a la vida familiar.

‘La terapia de electroshock para curar la adicción a internet (...) no tiene fundamento en cuanto a investigación clínica y no hay pruebas (de su efectividad), por lo que no es apropiada para su aplicación clínica’, dice el comunicado, publicado en la página web del ministerio (www.moh.gov.cn).

El país más poblado del mundo también tiene el mayor número de usuarios de internet, unas 300 millones de personas al final del año pasado, según el Centro de Información chino de redes online.

Los problemas causados por el uso excesivo de internet van en aumento, especialmente entre jóvenes chinos. Hay más de 200 organizaciones en China que ofrecen tratamiento por desórdenes relacionados con la red.

El creador de la ‘terapia del impacto eléctrico’ es el doctor Yang Yongxin, también conocido como ‘tío Yang’, que dirige un centro de tratamientos de adicción en el hospital mental de Linyi, según explicó el diario China Youth Daily.

Los pacientes reciben drogas psicotrópicas y son sometidos al electroshock por un precio de 5.500 yuanes (unos 575 dólares) al mes.

Bajo una estricta metodología, los jóvenes tienen prohibido el contacto con el mundo exterior, y la mayoría fueron ingresados a la fuerza, según el diario chino.

Ni Yang ni otros seis compañeros suyos en el centro tenían capacitación como psicoterapeutas.

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