Aún no eran las once de la mañana y la Praza do Concello de A Pobra de Trives recibía a los ciclistas interesados en inscribirse para participar en el Día de la Bici. Una vez anotados a esta prueba, gratuitamente, se les asignaba un dorsal con el que entrarían el sorteo de dos bicicletas al finalizar la prueba.
Esta actividad lúdica reúne todos los años a padres e hijos, familias enteras dispuestas a gozar de una jornada de deporte y ocio, siempre a nivel aficionado y sin ser competitivo. Así, el ya tradicional Día de la Bici juntaba ayer alrededor de un centenar de ciclistas de todas las edades, dispuestos a rodar por las calles de la villa trivesa. Todas las ediciones anteriores contaban con un elevado número de participación proviniendo no solo de Trives sino de toda la comarca, y aunque esta se vió mermada por el covid y por ser en día de semana, sólo festivo local en la villa, la prueba reunió a un buen número de vecinos y veraneantes montados en sus vehículos preparados para rodar.
Desde bicicletas, a triciclos, patinetes o correpasillos todo valía en la mañana del martes para disfrutar de esta tradicional actividad. Pasadas las doce de la mañana, se daba la salida de la prueba, en donde los más mayores debían cubrir una ruta algo más larga, pero sin salir del casco urbano, mientras los más pequeños daban una vuelta por el casco viejo del pueblo. Fueron varios los padres que les acompañaban en sus correpasillos animándoles a terminar ese recorrido. La franja de edad de los participantes es siempre muy variada, oscilando entre un año y 65.
La marcha finalizaba nuevamente en la Praza do Concello, donde a la llegada depositaban sus dorsales para entrar así en el esperado sorteo de dos bicicletas, y eran recibidos con un avituallamiento líquido.
Los ganadores del sorteo fueron Marcos Basalo, de 11 años, y Lucía González, de 10. Ambos recogieron el premio de la mano de la alcaldesa Patricia Domínguez Barja, acompañada por la concejala Cristina Paz Elías.
Asimismo, Protección Civil de Trives colaboraba vigilando el buen desarrollo de la actividad lúdico deportiva, velando por la seguridad de la misma. Además era obligatorio el uso del casco y la mascarilla para poder participar en la prueba y ningún participante podía rebasar la cabeza de la carrera marcada por la organización del evento.
