Medio centenar de coches clásicos cambiaron la imagen de la explanada de la estación de autobuses de A Rúa. Son los participantes en el 'II Rali Solverde', denominado 'Rali de Invierno' hasta hace tres años. Llegaron desde Asturias, Navarra, Portugal o Galicia, movidos por su afición a los coches. El carácter competitivo es casi una anécdota, tanto para la organización del 'Real Club Invierno'como para los conductores.
'Está enfocado dende un punto de vista turístico; a ruta escapa das estradas xerais', comentó el alcalde de A Rúa, Luis Fernández Gudiña. El regidor observaba con atención la reparación de una avería en un BMW de 1970, resuelta por un mecánico local.
BUENA MECÁNICA
Sin embargo, los problemas mecánicos no son frecuentes y los estragos del tiempo tampoco son onerosos para los propietarios de estos coches, cuya antigüedad debe ser superior a los 35 años. 'Nos sale más barato que cualquier otro coche', comentó Juan Aristondo Menéndez, un asturiano que conduce un Jaguar Roadster del año 1959. 'Éste no es costoso. Anda perfecto y cuando necesito una pieza la consigo en Inglaterra, sin problemas', corrobora José María Figaredo Rodrigáñez, que pilota un Sunbeam Rapler de 1962. Su hermano, Cristóbal Figaredo Rodrígáñez comparte la pasión por el motor y, al igual que él, lleva años participando en rallys de vehículos clásicos. Mientras ordena el maletero de su MG Roadster de 1955, comenta que su afición comenzó en la cuna. 'Por eso me llamo Cristóbal', dijo, aludiendo al patrón de los conductores. Ambos viajaron hasta A Rúa desde Asturias. La estación de autobuses acaparó la atención de los rueses mientras estuvieron expuestos estas 'reliquias rodantes'. Fueron muchos los vecinos que acudieron a observar unos coches que compitieron en el calendario internacional. El más observado fue un BMW 328 de hace 76 años.
BUENA MECÁNICA
Sin embargo, los problemas mecánicos no son frecuentes y los estragos del tiempo tampoco son onerosos para los propietarios de estos coches, cuya antigüedad debe ser superior a los 35 años. 'Nos sale más barato que cualquier otro coche', comentó Juan Aristondo Menéndez, un asturiano que conduce un Jaguar Roadster del año 1959. 'Éste no es costoso. Anda perfecto y cuando necesito una pieza la consigo en Inglaterra, sin problemas', corrobora José María Figaredo Rodrigáñez, que pilota un Sunbeam Rapler de 1962. Su hermano, Cristóbal Figaredo Rodrígáñez comparte la pasión por el motor y, al igual que él, lleva años participando en rallys de vehículos clásicos. Mientras ordena el maletero de su MG Roadster de 1955, comenta que su afición comenzó en la cuna. 'Por eso me llamo Cristóbal', dijo, aludiendo al patrón de los conductores. Ambos viajaron hasta A Rúa desde Asturias. La estación de autobuses acaparó la atención de los rueses mientras estuvieron expuestos estas 'reliquias rodantes'. Fueron muchos los vecinos que acudieron a observar unos coches que compitieron en el calendario internacional. El más observado fue un BMW 328 de hace 76 años.