FALTA DE AGUA

Los camiones cisterna ya llevan agua a una veintena de pueblos

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photo_camera Motobomba del Concello de Trives, utilizado para transportar agua a los pueblos que la necesitan.

Otras localidades se ven obligadas a restringir el consumo a ciertas horas para poder llenar el depósito

La sequía comenzó a castigar a la provincia. Una veintena de pueblos se vieron obligados a recurrir a camiones cisterna para que llegue algún agua a sus casas. Otros, están solventando el problema restringiendo el uso del agua a ciertas horas del día. La Confederación Hidrográfica do Miño-Sil ofreció los datos de esta situación. La precipitación acumulada del año hidrológico actual, que comenzó el 1 de octubre de 2016, es 684,1 litros por metro cuadrado, un 37 % por debajo de la media histórica: 1.089,4 litros por metro cuadrado entre 1980/1981 y 2011/2012. Solo febrero y mayo fueron húmedos, siendo considerados secos octubre, diciembre, enero, julio "y, especialmente, abril".

Paraisás, San Mamede, San Lorenzo y Mendoia, en Trives; Alais, Casasoá, Vilamaior y O Burgo, en Castro Caldelas; O Carballo, Cubreiras y Cavadoiro, en Celanova; Arribadas (San Xoán de Río); Mourisca (Viana); Garduñeira (Chandrexa); Alto de Pitelas (Verea); O Pazo (Ramirás) o Vilardevós ya tuvieron que recurrir a camiones cisterna para abastecer a sus vecinos. Algún núcleo compagina las cubas de agua con las restricciones, como Mendoia (Trives), donde los grifos solo arrojan líquido una hora al día. Otros pueblos solo limitan el consumo, como Santa Tegra y Poboeiros, en Castro Caldelas; Acevido y Seoane, de San Xoán de Río; Lobeira (Baixa Limia) o Celeiros (capitalidad de Chandrexa).

Después, están aquellos que optaron por abrir pozos de barrena o arreglar las fuentes para complementar los manantiales. Esto hizo Manzaneda. Aquí, aún no hay problemas graves de abastecimiento domiciliario en los pueblos. Pese a ello, el Concello envió cisternas a Langullo para dar de beber al ganado, según explicó su alcalde, Félix Domínguez Cortiñas. El mismo método que se ve obligado a adoptar un buen número de ganaderos.

"En Trives nunca pasó nada parecido. Tivéramos problemas na vila, nunca nos pobos", comentó Roberto González Castro, concelleiro de Medio Ambiente trivés. Otro edil de esta Corporación municipal, Domingo Diéguez González, mostró su confianza en que la situación mejore a partir del fin de semana, pasadas las Festas de San Bartolomé, que terminan mañana. Después, emigrantes y turistas retornarán a sus domicilios habituales, reduciendo el consumo de una traída, que ya no alcanza para que su agua la usen los pueblos.

La situación no varía mucho en otro concello del Macizo Central, Castro Caldelas, que también tiene en los visitantes una importante fuente de ingresos. "O turismo é moi importante", dijo su alcaldesa, Sara Inés Vega Núñez. Insistió en la gravedad de la situación: "Temos moitos problemas. Estamos enviando cisternas. Cada ano vai a peor. É un problema moi serio", comentó. La regidora invita al civismo. "As veces faise un uso abusivo do auga cunh a utilización non domiciliaria", dijo. Pero la sequía también fomenta la solidaridad. Lo demostró Castro Caldelas, enviando agua a San Xoán de Río. Este Concello, en el que los pueblos gestionan el agua, hubo de enviar una cuba al albergue, según el alcalde, Luis Castro Álvarez.

La Diputación puede colaborar en el transporte

En los casos de extrema urgencia, los alcaldes pueden recurrir a la Diputación Provincial. Lo explicó el diputado de Cooperación Pablo Pérez Pérez, quien refirió que este organismo puede ayudar a conseguir vehículos para transportar agua cuando lo soliciten los concellos y haya cisternas de gran capacidad en la zona, como es el caso de Verín, Xinzo o Carballiño. Añadió que también puede ser usado el vehículo nodriza de 25.000 litros de Axega (Axencia Galega de Emerxencias). "Nós proporcionamos o vehículo e Axega fai o mesmo", dijo.

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