Después del accidente en Valdeorras, solo un tren gallego llega a su destino sin sufrir desvíos

El accidente en Vilamartín de Valdeorras añade un nuevo obstáculo a una lista de obras y pruebas que ha conseguido que, salvo el AVE Madrid Ourense, ni un solo tren gallego de larga distancia llega a su destino sin que sus viajeros se vean obligados al transbordo a uno o dos autobuses. En el mejor de los casos, tienen que ser desviados por una vía alternativa. Tampoco quedan libres de un transbordo los usuarios de los Avant entre Ourense y Santiago. La línea de León y Ponferrada ha quedado clausurada -previsiblemente hasta hoy-, obligando a los dos trenes de viajeros que circulan por sentido a diario a desplazarse en autobús desde Ponferrada a Monforte. Pero de Monforte a Ourense, la línea también está interrumpida. Y seguirá estándolo hasta el último trimestre de este año, lo que obligará a los usuarios de esos trenes a seguir utilizando el autobús, al igual que los viajeros entre Ourense y Lugo, así como entre Madrid y Lugo desde la ciudad de Las Burgas. Además del Alvia Madrid-Lugo, las actuaciones sobre el ERTMS -un sistema de seguridad- de la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago afecta a los siete Alvia restantes: los cuatro que tienen origen o destino en Vigo-Urzáiz por la vía de Santiago tienen que volver a la vía del Miño, a la estación de Guixar y desde allí, hasta Pontevedra o Vilagarcía, según el caso. Y también a los dos de Ferrol y el tercero que finaliza viaje en A Coruña. En todos ellos, el recorrido alternativo a la vía de alta velocidad es la vieja línea de Zamora, que pasa por O Carballiño y Lalín. En el caso de los trenes a Vigo, el viaje es incluso más rápido que dando la vuelta por Santiago. Para los usuarios de A Coruña y Ferrol es más cómodo, porque se ahorran caminar por el andén hasta la estación de autobuses, y luego hacer lo propio en Santiago para seguir el viaje en tren desde la capital gallega. No sucede igual con los viajeros de los trenes Avant entre Ourense y A Coruña, que emplean el autobús entre Ourense y Santiago y transbordan a un tren para hacer el trayecto entre Santiago y A Coruña. La razón, en este caso, es la falta de trenes de reemplazo. Como los Avant son trenes eléctricos, no pueden circular por la línea convencional, que está sin electrificar. En el caso de los Alvia, Renfe echó mano de toda la flota disponible de la serie 730, los híbridos.