EDUCACIÓN

“Las gitanas sabemos estudiar"

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photo_camera Remedios y Benjamín Jiménez, en un aula del Instituto Carlos Casares, de Viana.

Remedios finalizó el Bachillerato y ya piensa en los preparativos para ir a la Universidad. No es la única joven de Viana que iniciará su etapa universitaria, pero sí la primera vianesa de etnia gitana que lo consigue.

Los profesores y alumnos del Instituto Carlos Casares de Viana vistieron el centro de fiesta ayer. Fue la fecha elegida para la graduación, un acto en el que también participó Remedios Jiménez Vargas, de 17 años. Su padre, Benjamín Jiménez Vargas era un hombre feliz. Explicó que su hija será la primera vianesa de etnia gitana que continuará los estudios en la universidad: "Siento un orgullo inmenso. Estoy supernervioso", comentó. En sus planes está organizar una pequeña fiesta familiar para festejar la graduación. Será íntima, solo para los más allegados, "cincuenta o sesenta", según comentó. Iba a ser ayer, pero no pudo ser, fue aplazada, pero seguro que la habrá.

Los apellidos no ayudan a la estudiante. Su etnia gitana juega en contra de ella y también los problemas económicos de la familia. Sacó adelante el Bachillerato con muy pocos medios. Carece de instrumentos que, como el ordenador o el teléfono móvil, ahora ocupan el papel que en su día desarrollaron los bolígrafos y lápices. Pertenecer a una familia numerosa, son seis en casa, le valió para no tener que pagar la matrícula. Ninguna ayuda más. La beca solicitada nunca llegó, como recordó su padre, a quien solo le salen trabajos puntuales. "Necesita un ordenador, un móvil. Es de las pocas niñas que no lo tiene", dijo y lamentó su situación laboral: "Me dedico a lo que va saliendo, como la chatarra o la extinción de incendios". Las dificultades no lo amedrentan. "Quiero que siga estudiando, que continúe. Esperemos tener la oportunidad y que nos den alguna ayuda. Para nosotros es un esfuerzo gigantesco", aseguró.

Remedios Jiménez tampoco se achica ante los problemas. Comentó que algún compañero puso cara de "asustado" al observar que su compañera aprobaba: "Al ser de etnia gitana, piensan que no vas a aprobar. Yo no me considero ni más ni menos que nadie, aunque nunca dejé que me pisotearan. Nos supone un esfuerzo, pero quiero demostrar que las gitanas sabemos estudiar".

Quizá fue la reacción ante la actitud de esos compañeros la que marcó el destino de esta joven vianesa. Se mostró rotunda al hablar de los estudios que pretende iniciar: "Quería una carrera en la que no tuviese que estar parada y que me motivase. Elegí Trabajo Social, orientado hacia el Secretariado Gitano. Me gustaría orientar a las familias gitanas. Están como atrasadas en el tiempo. Que sepan que no van a dejar de ser gitanas por estudiar. Es un orgullo, porque tiras de tu raza hacia arriba", explicó.

Padre e hija afirman sentirse totalmente integrados en Viana, aunque también dicen que aún persisten restos de racismo. "A veces, falta algo en el pueblo y vienen a nuestra casa a decirnos que fuimos nosotros, pero después preguntas y todos hablan bien de nuestra familia". Hace muchas décadas que los abuelos de Benjamín Jiménez se establecieron en Viana. En esta villa, en el 34 de la Rúa de San Roque, nació Benjamín, quien nunca renunciará a su etnia: "Soy gitano cien por cien y me siento gallego y español. No soy independentista", comentó sonriendo.

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