Los movimientos de tierras realizados en la fosa común destruyeron los esqueletos de seis valdeorreses

El mal estado de los restos exhumados en Cereixido impide los entierros individuales

El mal estado en que se encuentran los restos exhumados en la fosa común de Cereixido (Lugo) y el movimiento de tierra realizado en ese lugar impiden el entierro por separado de los seis valdeorreses allí sepultados. La noticia fue recibida con disgusto por sus familiares.
“Creí que me iba a morir”. Esta afirmación resume la desilusión que sufrió una ruesa, Isabel Rodríguez Daga, después de que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica le anunciase la imposibilidad de separar los restos de su tío y de su primo, asesinados en 1936, del resto de cadáveres enterrados en la fosa común de Cereixido (Lugo).

La humedad del lugar deterioró los huesos, impidiendo prácticamente su identificación mediante el ADN. Además, la tierra de la fosa común donde los enterraron fue removida. “Los restos están desmontados anatómicamente. No sabemos si sobran o faltan piezas óseas”, comentaron fuentes de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Para este colectivo “es inasumible” el examen individual de todos los huesos humanos recuperados de la fosa lucense. No obstante, afirman que las lesiones que muestran confirman su relación con el incendio del pajar ocupado por un grupo de “fuxidos”. En este sentido, la asociación indicó que “las lesiones indican que son ellos. Los cráneos fueron atravesados por proyectiles. En ese pueblo nunca ocurrió otro suceso parecido”.

Según los testimonios recogidos por el colectivo con sede en El Bierzo, en la fosa común fueron enterrados el tío y el sobrino de Isabel Rodríguez -Ovidio Rodríguez López y Aureliano Rodríguez Arias, respectivamente-; el padre de otra ruesa, Ermitas Díaz Sánchez -José Díaz-, además de otros fallecidos de Vilamartín: Manuel Feás Álvarez, Germán Fernández Prada y Manuel Fernández Delgado.

Petición de un lugar para enterrarlos

Ante la imposibilidad de conocer a quiÉn corresponde cada uno de los huesos, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica plantea realizar un entierro conjunto, dejando constancia de todos sus nombres. Para conseguirlo, solicita la colaboración de las autoridades para conseguir un espacio en el cementerio que decidan los familiares.
“Yo quisiera recoger a los míos. Es una pena, después de lo que luchamos”, recalcó Isabel Rodríguez. Pese al duro golpe recibido, esta ruesa asegura que “de todas las formas, no los voy a dejar” y ofrece un nicho de su propiedad para enterrarlos.

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