La fortaleza de O Castro desempeñó durante años un importante papel estratégico. Abandonada desde el siglo XVIII, actualmente se encuentra en pleno proceso de rehabilitación para recuperar su esplendor.

Recuperar la historia a través de la arquitectura

El arqueólogo Santiago Ferrer en la excavaciones
La fortaleza de O Castro, situada sobre un promotorio, tenía ya en el siglo XIV una gran importancia como lugar de vigilancia de entrada a Galicia. Tras pasar por varios dominios, y desempeñar una función estratégica en las guerras de Portugal en siglo XVII, un siglo después -tras perder la villa la capital administrativa de la comarca- comenzó su decadencia y desmoronamiento. De la antigua fortaleza medieval -de base cuadrangular y dos alturas- apenas quedan los restos de la torre del homenaje y de lienzo de la muralla.
En 2010, el Concello de O Barco inició los trámites para realizar las obras de rehabilitación de este monumento, que dieron sus frutos en julio de 2011 cuando el Gobierno central firmó con el ente local un convenio de colaboración para la realización de la primera fase de las obras de rehabilitación con cargo al 1% cultural. En virtud de este acuerdo, el Ministerio de Fomento se comprometió a aportar el 75% del presupuesto, que asciende a 566.546 euros. El 25 % restante lo asume el Concello de O Barco de Valdeorras.

Desde el mes de marzo de 2012 están en marcha las obras, que consisten, principalmente, en la consolidación de los muros de la torre para asegurar su capacidad estructural, y la creación en su interior -sobre el nivel del aljibe- de un mirador de acero cortén. La intervención se completa con trabajos arqueológicos para definir la cota de plaza y trabajos de urbanización del entorno inmediato de la torre: nueva pavimentación, ajardinamiento y mobiliario urbano.


ASENTAMIENTO CASTREXO

Tan sólo unas semanas después del inicio de las excavaciones arqueológicas previas a la intervención de la fortaleza, se encontraron restos de un asentamiento castrexo. El arqueólogo responsable de la excavación, Santiago Ferrer, confirmó que se trata de varias cabañas circulares -construidas con manpostería de pizarra-, prerromanas y romanas. Aunque no se mostró sorprendido por esta aparición -ya que se preveía su existencia dado el origen de la villa-, el investigador señala que 'resulta muy novedoso para la zona, puesto que, exceptuando el castro de Valencia do Sil, en Valdeorras no se ha descubierto ningún otro asentamiento de estas características'.

Después de que la Dirección General de Patrimonio catalogue los restos hallados se deberá decidir qué se hace con ellos, si se cubren o se exponen. Santiago Ferrer asegura que es una decisión de la dirección de la obra y del Concello, pero indica que 'la idea es que se integren en una parte de la plaza para que puedan ser visitados'.

El arquitecto municipal, Jorge Rodríguez, concuerda con esto y valora muy positivamente el desarrollo de las obras. De la misma manera, apunta que una vez finalizados los trabajos, este Bien de Interés Cultural -el único en la comarca- será con más motivo una de las referencias de la comarca de Valdeorras.

Jorge Rodríguez señala que esta mejora, además de conseguir atraer más turismo a la zona, está motivando a los vecinos a mejorar el estado de sus viviendas. 'Antes como veían todo derruido, no se planteaban arreglarlas y ahora sí', comenta. En este sentido, desde el Concello avanzan que pretenden continuar con las gestiones pertinentes para proceder a la rehabilitación de más elementos arquitectónicos de la localidad.

Te puede interesar