Caminar con la compañía del mar entre Cangas y Liméns

photo_camera El mar nunca nos deja, salvo cuando tenemos que cruzar un túnel en este camino (Foto: Ana C. Gil)

Imagínese que quiere ir a una playa de fina arena y llegar a ella tras un paseo en barco y otro caminando. He aquí la solución: llegar a Cangas en barco y una vez en el muelle emprender la ruta que nos lleva hasta la playa de Liméns. Son algo más de cinco kilómetros de ida, un chapuzón en el agua, un poco de sol en la playa y otros cinco kilómetros de regreso. No puede haber plan más saludable.

Desde el puerto de Cangas, tenemos que tomar dirección Oeste, hacia una gasolinera que hay en esa dirección y luego a la antigua factoría de Massó, un icono de la arquitectura industrial del Morrazo que incluía una sección dedicada al despiece y transformación de ballenas y cachalotes que estuvo en activo hasta mediada la década de 1980. Todavía recuerdo, siendo niño, la impresión de ver una ballena siendo descuartizada en la rampa de la factoría, pues dicha actividad formaba parte de las excursiones escolares de las décadas de 1960 y 1970.

Desde Masso la senda sigue y tras pasar Punta Balea, llegamos a Areamilla, una de las 38 playas que tiene el litoral del municipio de Cangas de Morrazo. Será la primera de cuatro por las que discurre este recorrido. Le siguen Porto, Santa Marta y nuestro destino: Liméns.

En el recorrido llevaremos siempre al mar como compañero de viaje salvo el pequeño tramo que hay que realizar en túnel. Tiene su aventura, pero estaría mejor si lo iluminasen, especialmente si hacemos el recorrido a horas de poca luz.

Areamilla y Liméns son dos playas que galardonadas con sus flamantes banderas azules y están equipadas con servicios de todo tipo, incluyendo restaurante y chiringuito por si es preciso reponer fuerzas antes de emprender el viaje de regreso.

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