Viticultores, vecinos y visitantes disfrutaron de la celebración, protagonizada por un desfiles en el que participaron doce carrozas
En el valle del Avia, con el sol a través de lo racimos casi maduros del Ribeiro, la Fiesta da Vendima de Leiro hace buena la frase de Víctor Hugo: “Dios hizo el agua pero el hombre hizo el vino”. Sin embargo, medio municipio cruza los dedos con un ojo en el cielo y otro en la viña: “Se agardamos moito a facer a vendima corremos o risco que chova e estragar a colleita”.
Veinticinco años lleva el vino siendo el pretexto de la fiesta, y viceversa. Más edad que la mayoría de los participantes del desfile de carrozas al que acudió la Conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana. La responsable de la Xunta dio el pregón y recibió el Pin de Oro de la localidad. La acompañaron el vicepresidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, el delegado de la Xunta, Rogelio Martínez, el senador López Veiga y el alcalde, Franciso José Fernández.
Por la calle Gabino Bugallal, ribeteada de pañuelos amarillos, doce carrozas del concurso fueron saliendo entre el público que abarrotaba las aceras. Una a una, las corales paraban frente al palco de autoridades y saludaban con alguna coreografía ensayada: algunos cantaban, otros simulaban un "furancho" y la mayoría ofrecía vino a los presentes.
El presidente del Consello Regulador de O Ribeiro, Miguel Ángel Viso, anunció buenas noticias: “Agardamos un pouco máis de colleita que o ano pasado, a pesares de que este verán non veu tanta calor”.
No obstante, algunos vecinos, vestidos con camisas de cuadros los hombres y pañoleta las mujeres, no las tenían todas consigo, como Angelines Vázquez: "Nós temos menos viño que o ano pasado, houbo moita peste e a auga de agosto non nos favoreceu". En menos de un mes, saldremos de dudas.
