Doce artistas jóvenes que hacen un programa de baile y pop apto para todos los públicos
La Canadá es una orquesta joven en todos los sentidos. Joven por su todavía corta vida. Joven, porque cuenta con un elenco de jóvenes artistas gallegos y latinoamericanos. Y joven, también, porque es el público joven al que más está dirigido su espectáculo.
Fundada en Negreira (A Coruña), en 2014, la orquesta Canadá tienen doce componentes: cuatro vocalistas, tres metales y cinco en la sección rítmica. Las voces femeninas son Rocío Fouz y Marta Valiño, de Lugo y Catoira, respec- tivamente.Lasmasculinas,Iván Gámez y Jonatan Enrique Perdomo nos llegan desde Venezuela.
La sección de metal la integran Marcos Méndez al saxo y los trom- petistas Javier Trillo y Maury Manana.La sección rítmica esta formada por el ourensano Borja Iglesias, a la guitarra; Eli Zapata, venezolano, es el bajista; Diego Vieito, el batería, es natural de Negreira, locali- dad de fundación de la orquesta; Mayfer Pinto es el percusionista, venezolano,mientras que el pianista y teclista, Maikel Estrada, es cubano.
Actúan todo el año y se mueven por Galicia, Asturias y en general por todo el noroeste de España, con una gira que les lleva a un centenar de fiestas y localidades en las que realizan otras tantas galas. En cuanto al repertorio, la orquesta cuida mucho la parte de bailes, conscientes de que es el principal atractivo que espera el público en las verbenas, poder bai- larymoverelesqueletoconrit- mos de moda y clásicos. Los "canadienses", como ellos mismos se denominan, ponen en escena los mejores ritmos latinos: cumbia, merengue, bachata, salsa... pero también pop y rock. A los temas
que están de moda, les acompa- ñan también algunos de los éxitos del pasado que ya han adquirido la condición de clásicos.
"Son una orquesta muy dinámica en el escenario. Se entregan a tope, con un espectáculo en el que cambianvariasvecesdevestuarioy además de cantar, bailan, invitando al público a participar desde la pista", comenta José Ramón, propietario de esta formación musical.
En su gira viajan con un esce- nario móvil a la última, dotadode todas las aplicaciones de luz y humos y efectos que gustan al público. "Es un escenario muy grande", comenta José Ramón, "con 24 metros de frente, y diez de fondo y otros tantos de alto". La carretera es el enemigo del artista. Siempre le espera con un percance que, con suerte, será leve, como el que vivie- ronrecientemente."Unpinchazo nos demoró muchísimo, el horario se echaba encima y no dábamos llegado", explica José Ramón. "Al final, gracias a todos, posible montar en una hora lo que normalmen- te se hace en tres."
