La noche del martes, las calles de Ourense se tiñeron de los colores nacionales de cinco países participantes en las Xornadas de Folclore. La ciudad se convirtió en el escenario de danza, música y vestidos de tres continentes en el penúltimo día de esta muestra de culturas del mundo.
La parada musical salió del Parque de San Lázaro por el Paseo, con cada uno de los grupos haciendo gala de sus atuendos y canciones, haciendo resonar melodías en las diferentes lenguas y dialectos marcados por la cadencia de los instrumentos.
La larga comitiva terminó su periplo en la Praza Maior, donde se erigía el escenario por el que, finalmente, pasarían los más de 200 artistas.
Indonesia fue la primera en ponerse bajo los focos al ritmo de timbales y tambores, con la particularidad de bailar con platos y cestos. Colombia siguió a los asiáticos con una danza tribal amazónica, repleta de acrobacias. El tercer espectáculo estuvo a cargo del equipo chileno, que trajo aires de verbena y sinfonías andinas. De ahí saltaron a África, con la apasionada mezcla de baile y percusión de los intérpretes de Costa de Marfil.
Los participantes mexicanos lo dieron todo con canto, guitarra y zapateo que retumbaba en toda la plaza. Por último, con una breve amenaza de llovizna, Chile volvió a tomar el escenario con el son y las coreografías polinesias de Rapa Nui, la Isla de Pascua.
