CRóNICA

Trabajar para que otros se diviertan

11.07.15.ALLARIZ.A.BARREIRA.VERBENA.GALEGA.
photo_camera Los promotores de las iestas intentan que el repertorio de las orquestas satisfagan todos los gustos musicales de los vecinos.

La cara menos amable de las fiestas patronales son el trabajo previo que llevan a cabo los miembros de las comisiones de fiestas. Su principal dificultad es lidiar con los vecinos, que no siempre colaboran económicamente

Durante los meses de julio y agosto, la provincia de Ourense se viste de gala para dar la bienvenida a sus fiestas patronales. Se trata de la cita del año más esperada por los vecinos, que aprovechan la ocasión para organizar una comida familiar. Las calles de los municipios en fiesta brillan con luz propia. Actuaciones musicales, pasacalles, chiringuitos y un amplio repertorio de actividades para todo tipo de público se convierten en el motor de la fiesta. Es la cara más amable de las celebraciones de verano.

Detrás de los festejos, se encuentra el trabajo duro y la implicación de un grupo de personas que forman parte de la comisión de fiestas. Echan toda la carne en el asador para preparar un programa que agrade al mayor número de personas. Para que esto ocurra, es necesario que comerciantes y vecinos se vuelquen con los actos, algo que no siempre sucede sobre todo a la hora de recaudar dinero para costear los gastos derivados de los festejos. A pesar de las dificultades en el camino, que suele empezar a un año vista, los organizadores continúan al mando de los eventos sin importarles las horas dedicadas a los preparativos previos. Lo hacen para que la gente del pueblo disfrute y se olviden, aunque sea solo por unos días, de sus problemas. Los promotores pretenden diseñar unas fiestas de categoría y su afán es el de mantener viva la tradición año tras año.

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