Ribadavia regresó ayer una vez más al pasado para rememorar su esplendor de la Edad Media, en una jornada calurosa y con lluvias esporádicas, en la que miles de personas acudieron a la llamada de la atractiva XXIX edición de su Festa da Istoria.
El sol y amenazantes nubes de tormenta presidieron ayer el cielo de Ribadavia durante la celebración de la Festa da Istoria, que atrajo de nuevo a miles de visitantes para sumergirse en el regreso de la villa a los siglos de la Edad Media. Con una temperatura superior a los 25 grados, la jornada se abrió con el Gran Desfile, con los gigantes don Pedro y doña Ana entre la comitiva, que llegó al castillo de los Sarmiento tras una hora de recorrido. Tras el pregón de dos integrantes del grupo de baile Donas sen Cabaleiros, la entrega de diplomas a los nobles y el saludo "Viva a Festa da Istoria" del rey don García, a la una del mediodía hizo su aparición la lluvia, que ralentizó las actividades previstas en el programa.
El público abarrotó por momentos la Alameda, la Plaza Mayor, el auditorio del Castillo, la Madalena y A Oliveira, para asistir al mercado medieval, las actuaciones folclóricas, el campamento y la Boda Judía, incluidos en el calendario de actividades del gran día. Las colas en los restaurantes ambulantes y en las sucursales de cambio a maravedíes también fueron notorias a lo largo de la jornada.