Primer premio: Allá donde estés
Avril Lagos González (2º ESO, Franciscanas)
Segundo premio: Días inolvidables
Alba Estévez Salgado (3º ESO, María Inmaculada de Verín)
Hola, soy Alba y vengo a hablar de lo que es vivir rodeada de personas ancianas en un pueblo de no más de 100 habitantes. Consideramos a los abuelos personas maravillosas y es evidente que lo son pero no solo ellos, vivir en un lugar donde más del 70% de la población son mayores de 60 es vivir rodeada de personas que se preocupan por ti que te conocen ya sea por tus abuelos o padres, gente que te daba caramelos cuando eras pequeña que te cuida desde la infancia y que te hace sentir querida sin ser de la familia.
Hace no muchos años ardió la casa de una señora de mi barrio y por razones evidentes tuvo que irse con su hijo a vivir, esa anciana me saludaba odos los dias cuando iba al colegio y pasaba por delante de su casa, me preguntaba que tal me habia ido el dia y me daba caramelos para que los comiese en los recreos, cuando se tuvo que ir dejó un vacio muy grande, ya no era lo mismo pasar delante de esos escombros de lo que una vez habia sido la casa de una de las mejores vecinas que he tenido. Hace no mucho hicieron de nuevo la casa y esta anciana volvió, pero no era la misma los años habían pasado y ya no recordaba nada, ahora no la ves casi nunca y en su momento se pasaba horas asomada a la ventana de su salón con esa sonrisa tan caracteristica suya. Como esta hay mil historias porque todos sabemos que el tiempo pasa y las cosas cambian y por eso tenemos que aprovechar al máximo el tiempo con las personas mayores.
Yo tengo la suerte de tener a los cuatro abuelos y un bisabuelo conmigo que además viven todos en el pueblo y a pesar de eso sigo sin poder pasar todo el tiempo que me gustaría con ellos, ya sea por estudios u otras cosas, pero esos momentos cocinando con mi abuela paterna mis comidas favoritas y riéndonos mientras tanto, cuando me quedaba con ellos a dormir y se metia conmigo en la cama porque me daba miedo la oscuridad, esas horas despues de comer viendo el sálvame aún sin yo enterarme de lo que se hablaba, las discusiones con mi abuelo paterno sobre fútbol solo para molestarnos porque somos la rivalidad mitica del Barça-Madrid y ese tiempo que pasaba cuando era pequeña haciendo los juegos de los periódicos que él iba leyendo, el hacer magdalenas con mi abuela materna y bajar a la tienda de enfrente a comprar chocolate para mendar mi bocadillo de este cuando ya no les quedaba en casa, las mañanas de primaria viendo los dibujos con mi abuelo materno porque mis padres trabajaban y cra él quien me llevaba a clases en su coche que es el mismo que todas las noches venia a mi casa y antes de irme a dormir siempre le preparaba un cafe descafeinado con dos cucharaditas de azúcar y jugaba a las cartas con él, el ver las telenovelas con mi bisabuelo despues de comer en la televisión de la cocina o pasarme horas escuchandolo contarme historias sobre cuando hizo la mili ilusionado y sobre todo los halagos por parte de todos ellos cuando hay un evento importante o hace mucho tiempo que no los ves.
Todos los momentos que pasamos con las personas ancianas son momentos que sin duda alguna y si pudiera volver a ser una niña pequeña los repetiria una y mil veces más, porque esos momentos nos dan la vida,nos hacen sentir felices y queridos. Por suerte puedo seguir disfrutando de ellos aunque no sea como cuando era una cria, pero los paseos hasta las casas de mis abuelos cruzándome con la gente del pueblo diciendome que si voy a verlos les mande saludos,si me encuentro a amigos suyos preguntándome como están, son de las mejores sensaciones que hay, por eso me encanta poder vivir rodeada de personas ancianas, porque una sonrisa de cualquiera de ellos te llena más que mil sonrisas de cualquier otra persona, una hora con ellos es como cien con alguien más y por eso debemos cuidarlos y quererlos más que a nadie, porque el dia que ellos ya no estén tampoco estarán sus risas, sus anécdotas y sus charlas sobre sus dias o momentos favoritos.
Tercer premio: El vínculo inquebrantable entre abuelos y nietos
Selenia Rey Salgado (3º ESO, María Inmaculada de Verín)
La relación entre abuelos y nietos es una relación de las más significativas e influyentes en mi vida. Han sido una parte esencial de mi vida desde el momento que naci no solo han sido mis cuidadores en ocasiones, sino también mis amigos. consejeros y modelos a seguir. A lo largo de los años, he experimentado momentos Inolvidables, lecciones de vida y un amor incondicional que solo les abuelos pueden brindar. Son guardianes de las tradiciones familiares y culturales. A través de historias contadas alrededor de la mesa, canciones transmitidas de generación en generación y recetas secretas compartidas en la cocina, los abuelos mantienen vida la esencia de la familia. Son testigos de los cambios y evoluciones, ofreciendo una perseverancia invaluable sobre el pasado y ayudando a construir un futuro sólido. Para los nietos los abuelos son una fuente de amor incondicional, un refugio seguro en medio de caos y una presencia constante en nuestras vidas. Brindan consuelo en momentos de dificultades, escuchan sin juzgar y ofrecen consejos basados en su experiencia de vida. La relación abuelo nieto también ofrece oportunidades de aprendizaje y crecimiento mutuo. Los abuelos, con su vasto conocimiento y experiencia, pueden transmitir habilidades prácticas y enseñar lecciones valiosas sobre la vida. Desde enseñar a pescar a hasta compartir conocimientos sobre historia o artesanía, los abuelos se convierten en mentores y guias para sus nietos, ampliando sus horizontes y enriqueciendo su educación. Sin embargo, no podemos olvidar que requiere esfuerzo y compromiso de ambas partes. La comunicación constante, el respeto mutuo y el tiempo de calidad juntos son fundamentales para fortalecer este vínculo especial.
A medida que mis abuelos envejecen, la relación cambio, pero la conexión emocional se mantuvo sólida. Comencé a tomar un papel más activo en su cuidado y bienestar, lo que permitió expresar mi gratitud por todo lo que hablan hecho per mia lo largo de los años. Esta etapa de la relación también me enseña lecciones importantes sobre la compasión, la paciencia y el valor de estar presente para los seres queridos en momentos de necesidad. Esta transición ha sido una experiencia reveladora y definidamente que abordaré en detalle. Lamentablemente, a lo largo del tiempo, he tenido que enfrentar la perdida de algunos de mis bisabuelos. Estas experiencias han sido increiblemente dolorosas, pero también me han enseñado sobre el proceso de duelo y la importancia de mantener viva su memorta a través de las historias y lecciones que compartieron conmigo. La relación con mis abuelos es un tesoro que valoro profundamente. A lo largo de esta redacción, he compartido cómo su amor, sabiduría y presencia han enriquecido mi vida y han contribuido en mi crecimiento personal. Aprovechemos cada momento y valoremos esta hermosa relación que nos enriquece y nos hace crecer como personas.
Mi relación con ellos continúa siendo una fuente de alegría y gratitud, y espero con ansias los momentos futuros que compartiremos juntos.
