De que se fala

Incendios forestales: la plaga que no cesa (1)

xornalescolar_2109_gonzalo_01
Grandes incendios este verano en Carballeda de Valdeorras (superficie quemada de cerca de 3.000 hectáreas), en Verín (1.000 ha), Laza (2.000 ha), Lobeira (625 ha), Oímbra, Ribadavia... Pero también en la vecina Zamora (Sierra de la Culebra, Lubián, Hermisende, Lasacio, Figueruela de Arriba), en León (Montes del Teleno, Boca de Huérgano, Montes de Valdueza), en Pontevedra (Caldas de Reis), en Lugo (Quiroga, Folgoso do Courel, A Pobra de Brollón)... Nuestra preciosa provincia, un año más, asediada por todos lados.

Acaba el verano y estamos cansados de ver en los medios de comunicación noticias referentes a las innumerables hectáreas quemadas en toda España y especialmente en Galicia y en nuestra provincia, Ourense. (En la hemeroteca del diario La Región tenemos un dossier diario de todos los incendios producidos).

Ecovigilantes de Franciscanas de Ourense realizan actividades de voluntariado ambiental de toda índole: recogida de colillas, tapones solidarios, recogida de pilas usadas, compostaje, huerto escolar, recogida de material escolar, limpieza de ríos... Y en este artículo abordan otro amplio campo de acción en el que actúan: plantaciones, cuidado del monte y el estudio de incendios forestales y su prevención.

¿Qué es un incendio forestal?

Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin planificación, donde no hay gestión, incontrolado; en terreno de monte, forestal, silvestre, que arrasa combustibles tanto vegetales, como de flora y fauna; influye la velocidad, su interminable extensión medida en hectáreas, su cambio inesperado de dirección, y su capacidad de superar obstáculos, como carreteras, ríos e incluso los cortafuegos que se han creado para frenarlos.

A lo largo de los años, Ecovigilantes han desarrollado un plan específico de Prevención de Incendios forestales que ha girado en tres ejes:

• Charlas de Prevención con Seprona.

• Investigación, con APES (Asociación para la Prevención y la Educación Social).

• Actuación en el monte: plantaciones y limpieza.

¿Por qué se quema el monte?

Quién lo sabe, amigos/as... Podemos clasificar las causas que originan un incendio forestal en:

Incendios Forestales Intencionados: abarcan más de la mitad de los incendios (cerca del 55%) y entre sus causas encontramos quemas no autorizadas, cuya finalidad es eliminar el matorral o el rastrojo (se denominan quemas agrícolas) o aquellas quemas que pretenden la regeneración de pastos para las cabañas ganaderas. Y luego están unas causas oscuras (investigadas por los detectives sociales de Apes y Ecovigilantes) entre las que se encuentran la piromanía, los usos cinegéticos, actos vandálicos o las venganzas personales o motivaciones de mala vecindad; especulación urbanística, el precio de la madera, repoblaciones forestales (especialmente eucaliptos y pinos) e incluso ahuyentar especies animales consideradas poco amigables (lobos, jabalíes...). Hay legislaciones donde está tipificado el delito forestal.

Causas accidentales y negligencias (26% de los incendios). Colillas y hogueras mal apagadas, quema de basuras, un motor o una máquina, chispas del ferrocarril, trabajos forestales... Y también las quemas agrícolas autorizadas, pero que se descontrolaron y se extendieron por el monte. Otros descuidos derivan de un mal uso del bosque o monte: hogueras, barbacoas, fogatas, colillas mal apagadas, basura que se autoincendia debido al biogás que ésta produce en su fermentación natural, vertederos ilegales, botellas de cristal,…,también en un porcentaje pequeño por actividad cinegética, es decir por cazadores que intencionadamente queman un terreno para obligar a salir a las presas. Todas las semanas Ecovigilantes recogen las colillas que tanto afean nuestra ciudad, advirtiendo del peligro de contaminación que conllevan, y que mal apagadas en el monte, acarrean este enorme peligro de incendio.

Rayo y causas naturales: representan un 4-5% de los casos. En menor medida por ciertos materiales que por su transparencia pueden actuar de lupa, en otros países también se originan por los volcanes o diversos factores naturales propios de la zona.

Causas desconocidas: en cerca de un 15% de los incendios forestales no es posible determinar la causa.

Reproducciones de incendios anteriores: en contadas ocasiones (cerca del 2%) un incendio es una reproducción de un incendio anterior que no llegó a extinguirse del todo, quizás por la actuación del viento avivando los rescoldos,  propagándose por zonas aledañas.

xornalescolar_2109_gonzalo_02

Fases de un incendio

Iniciación: cuando el incendio comienza por cualquiera de las causas expuestas anteriormente.

Propagación: la extensión en hectáreas por la vegetación cercana. Depende de las condiciones atmosféricas, la topografía de la zona afectada y de la vegetación presente en la zona.

Extinción: el incendio se apaga, finaliza, bien por causas naturales (la bendita lluvia o porque no queda nada que quemar) o bien por la acción humana: bomberos, brigadistas, motobombas, voluntarios, medios aéreos...

Tamaño

Conatos: aquellos incendios que no superan una hectárea quemada. (Recordemos en España la comparación hectárea=campo de fútbol). Suponen el 65% del total.

Incendios normales. Aquellos con una extensión entre 1 y 500 ha. En España pertenecen a este tipo cerca del 35% de los incendios declarados.

Grandes incendios forestales (GIF). Se definen así aquellos incendios que superan las 500 hectáreas forestales afectadas. Se caracterizan por un comportamiento que queda fuera de la capacidad del sistema de extinción, ya sea por las elevadas longitudes de llama, por las altas velocidades de propagación o por la presencia de actividad de fuego de copas. Estos incendios no son muy frecuentes pero son el problema real, ya que calcinan enormes superficies en pocas horas o días. En España son menos del 0,20% de los incendios forestales, pero en términos de superficie quemada representan cerca del 40% en un año típico.

Dentro de los grandes incendios forestales, un tipo especial lo representan los llamados incendios de sexta generación. En este tipo de desastre, más frecuente a raíz del cambio climático y el abandono del monte, el fuego es tan potente que lanza columnas de aire muy caliente a la troposfera que, al enfriarse allí, se desploman sobre el suelo, provocando muchos focos secundario.

Te puede interesar
Más en Xornal Escolar