¿DE QUÉ SE FALA?

La primavera... la sangre altera

Qué nos ocurre con la llegada de la primavera? ¿Por qué estamos tan cansados? Conoce las respuestas a estas preguntas y muchas más curiosidades

A lo largo del año pasamos temporadas en las que nos sentimos más decaídos, tristes, melancólicos y sin fuerzas para hacer nuestras tareas diarias. Se trata de momentos en los que no nos ha sucedido nada fuera de lo normal y nuestros problemas no han aumentado; todo sigue igual pero nos sentimos emocionalmente débiles. La explicación a todo esto puede estar en el cambio de estación.
Mucha gente desconoce que con la llegada de la primavera, la mitad de la población se siente más cansada, sin energía y con problemas para concentrarse debido al aumento de las horas de luz y al cambio de temperatura.
¡La primavera es así!

ASTENIA PRIMAVERAL

Este cansancio y agotamiento que nos provoca la primavera recibe el nombre de astenia, un trastorno pasajero que dura entre diez y veinte días dependiendo de la capacidad de adaptación de cada persona. Este estado de cansancio se suele acompañar de otros síntomas como fatiga muscular, falta de apetito, trastornos del sueño, dolor de cabeza o tristeza inexplicable.

La astenia se debe sobre todo al mayor número de horas de luz pues nuestro biorritmo necesita una fase de adaptación para acostumbrarse a estos nuevos horarios.
Se podría decir que la culpa es del cambio horario. Pero no solo nos afecta el cambio de luz solar, también lo hace el cambio de temperatura pues es en esta época donde se producen contrastes muy bruscos y a nuestro organismo le cuesta adaptarse. Además de que esto hace que nos cueste más dormir y estemos más cansados.

NUESTRO CEREBRO

Todo esto viene a demostrarnos lo influenciables que somos por cosas como el tiempo. Los cambios climáticos obligan al cerebro a reajustarse. 
Nuestro cerebro se expone a mayor cantidad de luz, de color y de olores que provocan “trastornos” en nuestro organismo. 

Los cambios en la climatología pueden hacer que aquellas personas aquejadas por algún tipo de depresión o ansiedad, sufran recaídas o acentuación de sus episodios de crisis. Además, la primavera es la estación en la que se dan más problemas digestivos o alérgicos. Sabiendo esto no es de extrañar que el órgano más importante de nuestro cuerpo, el cerebro, también se vea trastocado.

En la primavera tiene lugar la polinización lo que aumenta las alergias y, por lo tanto, el malestar del cuerpo. De hecho diferentes estudios realizados concluyen que las personas alérgicas al polen son las que  más sufren los síntomas de los que hablamos.
Queda claro que el clima tiene una relación directa con nuestro equilibrio y salud emocional, aunque no afecte a todas las personas por igual. 

La luz es un referente clave para nuestro estado de ánimo, hasta el punto de que es utilizada para tratar muchos casos de depresión. La lluvia también es importante, no hay más que ver a todas esas personas que se sienten tristes los días previos a la lluvia, como si su propio organismo fuera una estación meteorológica capaz de predecir el tiempo. Igual de influyente es el viento, sobre todo el viento del sur, en aquellas personas que ya padecen algún trastorno psicológico. Y ni que decir tiene el calor excesivo tan dañino para quienes sufren ansiedad. 

ALIVIAR SÍNTOMAS

Para evitar los síntomas y adaptarse mejor es recomendable cambiar los hábitos alimenticios, como tomar más frutas, verduras y cereales. 
Durante el invierno se realiza una dieta más hipercalórica para sobrellevar mejor las temperaturas frías, pero ahora es aconsejable tomar alimentos que aportan más energía. Además, es aconsejable practicar algún ejercicio físico  y tratar de dormir más.

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