Tan solo un 10% presentan complicaciones

¿Qué es un angioma o hemangioma infantil?

xornalescolar_0610_escfamilias_02_resultado
photo_camera Los hemangiomas son muy comunes en los bebés.
Esta patología es muy frecuente en las consultas de pediatría y suelen resolverse solos con el paso del tiempo. 

Un hemangioma, es una anomalía vascular superficial de la piel porque los vasos sanguíneos de la piel crecen de forma anómala y afecta a un 10% de los niños menores de un año.

Aunque son motivo frecuente de preocupación y consulta por parte de los padres, en un porcentaje alto de los casos desaparecen de forma espontánea a lo largo del primer año. A menos que aparezcan complicaciones, los hemangiomas no duelen ni causan ninguna molestia.

La cara y el cuello son las zonas más frecuentes en las que suelen aparecer, aunque tampoco es raro que aparezcan en otras regiones como el tórax o los glúteos. Normalmente los hemangiomas no se ven en el momento del nacimiento o en las primeras semanas.  

¿Cómo se diagnostica?

La gran mayoría de los hemangiomas se diagnostican por su aspecto característico y no necesitan de ninguna prueba diagnóstica. En algunos casos especiales, en función de la localización, en el caso de hemangiomas múltiples o sospecha de afectación de otros órganos, el especialista podría indicar alguna prueba de imagen (ecografía, resonancia magnética o biopsia cutánea).

Clasificación

Se clasifican en superficiales, profundos o mixtos.

El angioma puede ser plano y aparece como una mancha pálida y plana y lisa, de color rosa o rojo pálido y que aparecen, sobre todo, en la nuca, párpados y frente. El 99% de los localizados en la cara desaparecen en el primer año de vida. Los de la nuca pueden persistir en el 5% de los casos, pero se notan poco por el cabello que los recubre.

Angioma abultado, es un tumor benigno de origen vascular,  cuyo aspecto es una mancha roja con relieve. En los primeros días o semanas empieza a crecer y aumenta de tamaño rápidamente durante los primeros meses, principalmente del uno al quinto mes, hasta convertirse en un “bulto de color rosa brillante”. Este aspecto tan característico que realmente se parece a una fresa es el causante de que los angiomas en muchas ocasiones se les denomina “nevus en fresa”.  

Cuando el hemangioma tiene su origen en una zona más profunda de la piel, no vamos a observar una mancha fresa, sino más bien una región blanda, abultada y de tonalidad azulada que también va a crecer de forma considerable en los primeros meses de vida.

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¿Cómo evolucionan?

Por regla general su evolución se divide en 3 fases: Proliferativa, periodo de estabilización y período de involución.

- Fase proliferativa: se caracteriza por un rápido crecimiento dentro del primer año de vida. Es importante el seguimiento en los primeros meses de vida, debido a que es la etapa en donde ocurren la mayoría de complicaciones, desde ulceraciones hasta la deformidad de estructuras anatómicas, especialmente de aquellos que están localizados en la cara.

- Fase de estabilización: después el crecimiento se va enlenteciendo hasta detenerse en torno a los 10-15 meses de edad.  

- Fase de regresión: a partir de los 12-15 meses, comienza a involucionar, es decir, va desapareciendo espontáneamente casi siempre y sin dejar prácticamente señal. Su color pasa de rojo intenso a un rojo más apagado, con zonas grisáceas y se va aplanando. El proceso de resolución en ocasiones es lento y aunque empieza pronto, puede tardar varios años; en torno al 90% de los hemangiomas acaban su proceso de involución en torno a los 4 años.

¿Pueden aparecer complicaciones?

En general el pronóstico es bueno. La complicación más frecuente es la ulceración, es decir, la aparición de una herida dolorosa sobre la piel del hemangioma. Los hemangiomas que tienen más riesgo de ulcerarse son los que se encuentran en zonas del cuerpo húmedas como la boca, el área del pañal, el cuello o las axilas.  

También pueden sangrar, sobre todo aquellos que están en zonas más expuestas al roce. La mayoría son pequeños sangrados que se pueden controlar comprimiendo con una gasa sobre el hemangioma durante unos segundos.

Algunos hemangiomas pueden producir complicaciones debido a su localización: por ejemplo, un hemangioma en el párpado puede tapar el ojo y hacer que la visión no se desarrolle bien en ese ojo; si está situado en el labio y no permite abrir bien la boca, puede dificultar la alimentación del niño.

¿Qué hemangiomas necesitan tratamiento?

- Si se localizan en el ojo o la boca, y entorpecen la visión o la alimentación

- Si se ulceran y producen hemorragia.

- Si hay riesgo de dejar secuelas estéticas.

- Si hay afectación de órganos internos, como el hígado o las vías aéreas.

¿Cómo se tratan?

Aunque la mayoría presenta un curso benigno y una resolución espontánea sin necesidad de tratamiento, alrededor de un 10% presentan complicaciones.  

El medicamento de elección es el propranolol oral. En casos seleccionados o lesiones pequeñas y superficiales, se puede indicar timolol tópico.

El láser puede ser una opción para tratar las secuelas. La  laserterapia es más efectiva en hemangiomas planos localizados en la cara y en población joven. El mecanismo de acción del láser consiste en la destrucción de los pequeños capilares cutáneos sin dañar la piel.  

En conclusión…  

El hemangioma infantil es una patología muy frecuente en las consultas de pediatría. No necesitando  tratamiento en la mayoría de las ocasiones y se resuelve por si solo con el paso del tiempo. Solo en casos seleccionados en los que la evolución puede ser complicada es necesaria la derivación al dermatólogo infantil para que valore si el hemangioma es candidato a tratamiento médico. 

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