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El VIH/sida y los jóvenes más de 40 años después

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Más de 40 años

Han transcurrido más de cuarenta años desde que en la primavera de 1981 se dieran a conocer una serie de extraños cuadros clínicos en jóvenes de San Francisco (California, EE.UU), los cuales presentaban neumonía por pneumocystis cariniiosarcoma de Kaposi. Lo singular del caso, es que estos jóvenes tenían un historial previo de buena salud, mientras que estas dos patologías habitualmente eran diagnosticadas en personas severamente inmunodeprimidas,aquellas en las que las defensas de su organismo ya no funcionan correctamente. Poco tiempo después se supo que se trataba de una nueva enfermedad, que pasaría a conocerse como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), y que lo que padecían estos jóvenes no era más que enfermedades oportunistas, que se manifestaban clínicamentecomo consecuencia de la severa disminución de los linfocitos CD4+. Estas patologías fueron muy frecuentes en los primeros años de la epidemia por VIH/sida, siendo mucho menos prevalentes en la actualidad, gracias a los eficaces tratamientos antirretrovirales de los que se dispone, al menos, en los países desarrollados.

En 1983, primero investigadores del instituto Pasteur (París) con Luc Montagnier a la cabeza, y luego científicos del Instituto Nacional del Cáncer (Bethesda, EE.UU) capitaneados por Robert Gallo, aislaron el agente causal del sida, al que inicialmente denominaron LAV y HTLV-III, respectivamente. Posteriormente, en 1986, pasó a denominarse oficialmente como virus de la inmunodeficiencia humana o VIH (un retrovirus de la familia lentivirus). Cuando una persona contrae la infección por VIH, este virus ataca y destruye el sistema inmunitario. A medida que se va produciendo este debilitamiento del sistema inmunitario, la persona incrementa el riesgo de padecer enfermedades oportunistas o de desarrollar procesos cancerígenos, que pueden ser mortales.

Campañas de prevención

Tras identificar el agente causal y determinar las vías de transmisión (sanguínea, sexual y maternoinfantil), se pusieron en marcha importantes campañas para prevenir esta patología y concienciar a los colectivos especialmente vulnerables (usuarios de drogas por vía intravenosa, hombres que tenían sexo con hombres, personas que ejercían la prostitución o aquellos que mantenían relaciones sexuales coitales sin protección). Pese a estos esfuerzos, la epidemia alcanzó una enorme dimensión a nivel mundial, del que nuestro país no se vio libre.

Entre los colectivos más afectados estaba los hombres que tenías sexo con hombres (HsH) y los usuarios de drogas intravenosas (UDI), sin embargo, este retrovirus demostró que no conocía orientaciones sexuales o colectivos sociales, pues solo tenía que ver con prácticas muy concretas, relacionadas con sus vías de transmisión y con los riesgosasociadas a ellas, por lo que la infección por VIH afectó a todos los colectivossociales y apersonas de todas las edades.

Si analizamos el historial de datos epidemiológicos observamos que había países con un predominio de personas infectadas por uso de drogas intravenosas (como España, Francia o Italia), otros con las prácticas sexuales entre homosexuales (Estados Unidos, países del norte de Europa) y otros muchos donde la transmisión era fundamentalmente heterosexual (Kenia, Etiopía o Latinoamérica). Si bien, en todos estos países, todas las vías de transmisión estaban presentes.

Transmisión sexual

Más allá del colectivo que se vio más afectado en su momento, o de la casuística de cada país, hoy en día la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es y debe ser considerada, fundamentalmente, como una infección de transmisión sexual (ITS), que comparte sus vías de transmisión con otras muchas ITS.  Esto es relevante, pues en su momento el miedo al VIH, ha provocado un incremento de la vulnerabilidad y severidad percibida (entendidos como la percepción del riesgo personal de infectarse y sufrir las graves consecuencia de la enfermedad), lo que motivó la adopción de conductas preventivas muy beneficiosas para la salud pública, entre las que podemos destacar el incrementodel uso del preservativo o que las personas que usaban drogas por vía intravenosa evitaran compartirlas o las esterilizaran entes de usarlas.

Sin embargo, a medida que ha ido mejorando el tratamiento y el pronóstico de la infección por VIH/sida, y que los medios de comunicación se hicieran eco de ello, también se ha ido produciendo un relajamiento en las medidas preventivas por parte de la población.  Esto ha provocado que disminuyeran el uso del preservativo, especialmenteen el colectivo de jóvenes y adolescentes, y con ello que se incrementara la prevalencia de otras infecciones de transmisión sexual (sífilis, gonorrea, hepatitis B, herpes genital…); infecciones que pueden tener graves consecuencias para la salud. Es por ello importante, no olvidar las consecuencias que esta grave enfermedad ha tenido, de modo especial en el colectivo de jóvenes y adolescentes.

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Seguir concienciando

No debiéramos olvidar, 40 años, después las graves consecuencias provocadas por esta epidemia a nivel mundial, según Onusida se estima que unos 36,3 millones (entre 27,2 millones y 47,8 millones) de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida desde el comienzo de la epidemia. Asimismo, en el primer lustro de la década de los noventa, España era el país con más casos de Sida por millón de habitantes, de toda la región europea. Convirtiéndose en la primera causa de mortalidad, en jóvenes menores de 35 años, por delante de los accidentes de tráfico y los suicidios. A día de hoy, según datos del Centro Nacional de Epidemiología (ISCII, Madrid) la tasa global de nuevos diagnósticos de VIH en España está en niveles similares a los de otrospaíses de la región europea. Sin embargo, aunque la mejora respecto a décadas pasadas esindudable, la tasa es superior a la media de la Unión Europea y de los países de Europa occidental. Es por ello, necesario incrementar las acciones preventivas. Tarea queincumbe a las autoridades sanitarias, pero también a cada uno de nosotros, jóvenes, adultos y mayores.

Hay que tener en cuenta

+ El miedo a la infección por VIH en sus primeras décadas motivó que muchos colectivos introdujeran prácticas más seguras tanto en el consumo de drogas como en las relaciones sexuales, lo que contribuyó a reducir innumerables infecciones y muertes.
- La mejora en el tratamiento y en el pronóstico de la enfermedad ha provocado que muchos jóvenes abandonaran prácticas preventivas tanto en la conducta sexual como en el consumo de sustancias. Es necesario volver a incrementar medidas preventivas y aprender del pasado.

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