Ascenso a la ACB

Arsenio, en Ourense no van llorados

photo_camera El mosaico de La Región llenó de colorido el Paco Paz, que registró un lleno histórico en el ascenso del COB a la ACB.

La afición ourensaba que levantó al COB en el cuarto partido en Lugo no acude al Paco Paz llorada de casa ni a lagrimear, sino a ganar y a ascender

El día que Miroslav Djukic malogró el penalti que privó al Dépor de la primera Liga, Arsenio Iglesias, el 'Zorro de Arteixo', acuñó un comentario después del sopapo que todavía escuece a muchos aficionados de sangre azul y blanca. "Tranquilos neniños, eu xa viña chorado da casa". Resulta que muchos deportivistas nos habíamos metido una panzada de kilómetros para celebrar el primer título en Riazor, no para lamentarse. A nadie se le hubiese ocurrido llegar al estadio ya llorado por lo que pudiese ocurrir. Al escuchar la reflexión derrotista de un tipo considerado un filósofo por su sensatez vital, en ese instante quedó demostrado que para que los sueños se cumplan es necesario creer.

Claro que los entrenadores acostumbran a ser los que menos saben del deporte en cuestión por mucho carné que se hayan sacado. Javier Irureta, por ejemplo, era capaz de obligar a saltar a los jugadores al campo con paraguas en una tarde de sol, según comentó con acierto César Casal para explicar que el Dépor ganó una Liga, dos copas del Rey y tres supercopas a pesar de sus técnicos.
"Nunca pensé que fuese a vivir algo así", comentó inquieto Adrián Villamarín una hora antes de que el COB y el Breogán dirimiesen en el Paco Paz la ciudad en la que la ACB se bañaría en el Miño.

Era adolescente cuando el COB pisó el noble parqué del baloncesto nacional por última vez, como muchos de los aficionados que abarrotaron el templo del baloncesto ourensano. "El espectáculo no está en el Vicente Calderón, en donde ahora está tocando AC/DC, sino aquí", jaleó el speaker local DJ Tibu. En una de los fondos andaba José Areñas, megáfono en mano, para guiar a la parroquia breoganista en territorio rival, aunque también amigo.
Aunque en esta contracrónica o crónica a la contra ya se ha dicho que un 'speaker' estorba más de lo que aporta, la imagen de Areñas abatido al término del duelo resume la pasión que se puede tener por unos colores y el sufrimiento que provocan las derrotas.


DJ Tibu reclamó a la grada que hiciese la ola para caldear el ambiente mientras los jugadores calentaban piernas. En ese momento Jorge Valdano, un mago de las metáforas y guardián de la esencia del fútol, también recorrió en el Paco Paz por una sabia reflexión: "Cuando se impone la ola, pierde el fútbol". Cambien el tamaño de la pelota y también es válida la sentencia.
El pasillo de un grupo de aficionados a los jugadores del COB resultó un momento entrañable, sobre todo para unos tipos que  tienen en sus manos la ilusión de una ciudad que respira baloncesto. El himno galego, en cambio, tiene más pegada en el Pazo Universitario de Lugo, quizá porque se suele cortar después de que suene "fogar de Breogán". Pitar esa estrofa tampoco es elegante.
Estábamos en el 'fogar del COB' y en una pancarta rezaba una adivinanza premonitoria, tanto casi como el pronóstico de la pitonisa Charo Parral en este periódico cuando la fase de ascenso estaba empatada y no se presagiaba nada bueno en Lugo: "Veo veo. ¿Qué ves? Ourense en ACB".
 Para conseguirlo faltaban cuarenta minutos de incertidumbre, con la ventaja de que la afición del COB no acudió al Paco Paz a llorar ni venía llorada de casa, prezado Arsenio. Los cobistas llegaron al pabellón para regresar a la ACB 15 años después.


En toda gran gesta hay un momento que cimienta la historia. Éste sucedió a falta de cinco minutos para concluir el segundo cuarto. El Breogán mandaba desde inicio en un marcador apretado, pero Cristian Díaz enchufó un triple, adelantó a los suyos por primera vez y el cinco de Lisardo Gómez comenzó a descoserse a un ritmo alarmante. Llegó a ganar por 12 puntos y acabó palmando por 26. Contribuyó que Suka-Umu encadenó una actuación portentosa, de esas que entra la bola incluso si la llega a lanzar desde el vestuario.


"El año que viene, Ourense-Real Marid", cantó el Paco Paz entregado a sus ídolos. Algo parecido proclamó desde el balcón de María Pita el presidente del Dépor Augusto César Lendoiro el día que el equipo coruñés consiguió regresar a Primera: "Barça, Madrid, ya estamos aquí". "Barça, Madrid, el COB ya está aquí". Es un aviso.  Esta afición que levantó a su equipo en el Pabellón Universitario de Lugo en el cuarto partido no viene llorada de casa ni acude al Paco Paz a llorar, sino a ganar.

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