Las dos chispas del COB que encienden el fuego del Pazo

Los jugadores del equipo ourensano le hacen el “pasillo” a Javier y a Fran a la finalización de un entrenamiento en el Pazo Paco Paz.
photo_camera Los jugadores del equipo ourensano le hacen el “pasillo” a Javier y a Fran a la finalización de un entrenamiento en el Pazo Paco Paz.

Fran, el speaker, y Javier, el Lobo, son los encargados de caldear el ambiente en cada partido del COB en casa

Comparten unas cuantas cosas. Por ejemplo, su “made in” Ourense o su pasión cobista consolidada desde hace años. También el camino que han hecho desde la grada a la pista. No juegan, no anotan canastas, pero tratan de poner su granito de arena para que lo hagan los jugadores del COB y no lo hagan los rivales. Empujan a la afición para que esta haga lo propio con la plantilla. Una trabajo en equipo hacia el éxito. Fran Vidal es el speaker. Entró con la temporada en marcha y afirma estar aún “aprendiendo cada jornada”. Javier Piñol es el Lobo, la mascota, y admite estar “disfrutando mucho”. 

“Este año se dieron unas circunstancias y me ofrecieron hacer de speaker. Llevo muchos años siendo socio del club y esta es otra manera de vivirlo, otra experiencia nueva que afronto con ganas y con ilusión. Es muy diferente. Disfrutas de las dos formas, pero ahora estás más en tensión para que todo salga bien, todo funcione correctamente”, apunta Fran, profesor de profesión y con experiencia en el mundo del sonido pinchando en locales y en celebraciones varias. 

Normas

Para caldear el ambiente del Pazo se ha tenido que “chapar” una serie de normas. No vale todo y el trío arbitral tiene el oído preparado para salir al paso si es necesario. “Tienes que marcar unos tiempos, cumplir unas normas. Por ejemplo, cuando los ataques pasan del medio campo no puedes hablar o poner música. En un partido, creo que contra el Alicante, llevaba uno o dos días como speaker, y una árbitra me llamó ya la atención”, recuerda.

Gajes del oficio. De eso sabe un poco Javier. Su debut como Lobo también tiene anécdota. “Me ofrecieron ser mascota, pedí un día para pensármelo y acepté. Lo decidí el día que se hizo la convivencia con los jugadores en el Barbaña, entre tortilla y Coca-Cola. Y todo va bien. El primer día sé que la pifié un poco. Hacía mucho calor y me saqué la cabeza del traje. Me puse muy loco porque fue el primer triunfo. A la gente le gustó, acepté la primera crítica y a seguir”.

Javier conoce muy bien a la afición cobista porque él forma parte de ella. “A veces puede comenzar los partidos un poco fría, pero si se enciende, el Pazo puede ser una auténtica caldera”.
Javier conoce muy bien a la afición cobista porque él forma parte de ella. “A veces puede comenzar los partidos un poco fría, pero si se enciende, el Pazo puede ser una auténtica caldera”.

Porque la afición del Pazo es su público, su termómetro. Su objetivo es encender el fuego y evitar el hielo. “Nuestra meta es esa, que se caliente el ambiente, que se metan en el partido. Se nota que la afición cobista ha pasado de todo, momentos muy buenos y momentos muy malos. Hay partidos donde están más metidos que otros, se nota. Esos que se juegan entre semana, sabiendo que al día siguiente hay que trabajar o ir a clase… Pero comparativamente en esta liga es una muy buena afición, de las que apoya en las malas”, dice Fran. 

Cariño

A cambio, reciben su recompensa en intangibles. Y ahí entra el cariño. “Desde octubre hasta ahora, me he podido sacar 300 fotos. O más. Una animalada. Ves a los niños que me abrazan, sus caras... Ves la sonrisa de un niño y es lo más bonito que hay. A veces me ven trabajando en el supermercado y dicen ‘eh, el Lobo’. Me recuerda a mí cuando yo era el niño y veía al Lobo de aquel momento. De hacerme yo la foto con él a que me la pidan ahora”, analiza Javi con ese punto de melancolía que da el cobismo de toda la vida. Buena gente.

Al otro lado de la grada, está la pista. Y su vínculo con los jugadores se va consolidando. Porque la música amansa a las fieras, pero otras veces las enciende. “Cuando empecé les propuse que vinieran un poco antes del partido y hacer una playlist. Siempre hay peticiones para salir un poquito más motivados, que tiene su importancia. Quevedo está pegando fuerte entre los españoles. Eso sí, hay temas que no conozco, de otros países, así que bendito YouTube”, explica Fran.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Fran lo sabe. “Los aficionados a veces me piden que le proteste a los árbitros por la megafonía (ríe). Pero multarían al club, me echarían a mí…”, recuerda.
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Fran lo sabe. “Los aficionados a veces me piden que le proteste a los árbitros por la megafonía (ríe). Pero multarían al club, me echarían a mí…”, recuerda.

Lesiones

Y por el horizonte vienen platos fuertes, de los que sacian a cualquier estómago. Estudiantes y Coruña llenarán gradas y exigirán el máximo del micro y el disfraz. “Vienen los cocos. Estamos mirando de hacer algo especial en el derbi contra el Coruña. Es la LEB Oro más bonita que recuerdo en los últimos años, con esa igualdad por arriba”, apunta el speaker. También lo dará todo Javi convertido en el Lobo. Contra viento o marea. Y contra el cuerpo, si es necesario. “En un partido, bailando, noté un pinchazo. Tengo una lesión, una inflamación en los ligamentos en las dos rodillas. Tendinitis me han dicho. Ese día estuve a punto de llorar por dejar así al equipo y a la afición. Notaba ese ‘¿dónde está el lobo’. Sentí impotencia”.

Pero el Lobo estará este sábado. Y el speaker también. Una pareja para movilizar a las masas. La voz y el baile de las tardes del Pazo. Genio y figura.

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