El equipo ourensano destrozó en el Pazo a un Cáceres al que llegó a ganar por 32 puntos de diferencia y ya está cuarto a una victoria de liderato (79-55)
A los cinco minutos Ñete Bohigas pidió tiempo muerto para detener en seco a un COB que había empezado mal (2-7) pero que se había puesto por delante con un 7-0 premonitorio. El técnico visitante sabía bien que al intercambio de golpes caería pronto. Y lo hizo. El partido duró cuarto y medio y la segunda mitad fue un recital de solista para un COB insultantemente superior.
Demasiada diferencia en el juego e incluso escasa en el marcador. Para los ourensanos el Cáceres fue manejeable, por momentos hasta dócil. En la zona Marcius agachó la cabeza ante todos los pares y en el perímetro nadie en los visitantes tuvo acierto o lucidez para al menos sacar la cara por el equipo. No hubo partido. Sin más.
Mitrovic y Guerra hicieron el primer esfuerzo. Lo del canario ya es habitual pero cada vez con un repertorio más amplio, con más confianza. Un mate en el primer cuarto y dos en el segundo para escenificar la masacre de los locales en la zona y lejos de ella. El bosnio-canadiense cruzó los dedos con su primer triple, se sacudió la presión con el segundo y al descanso se fue con 4 de 5 y la sensación de poder anotar cada vez que apuntaba. Lo confirmó en la segunda y acabó como máximo anotador del partido con 22 puntos.
Poco a poco se fueron sumando protagonistas al recital. Christian Díaz subió el nivel del equipo cada vez que estuvo en pista. Con él la distancia entre los dos equipos fue enorme. Capaz de marcar la diferencia sin tener que lanzar a canasta y genial cada vez que conecto con su paisano. La conexión Díaz-Guerra es para disfrutar.
30 de los 40 puntos anotados por el COB al descanso eran de ellos tres. El Cáceres llevaba 26.
Enfrente, un Cáceres empeñado en desgastarle el dibujo al balón abusando del bote, a medias entre la ausencia de recursos y la defensa de unCOB que cambia mucho cuando su cuerpo técnico tiene días para preparar los partidos.
Esta vez los de Gonzalo García de Vitoria no negociaron. Evitaron sustos y apretaron al inicio de la segunda mitad. Firmaron un cuarto impecable, de lo mejor de la temporada. Kapelan se creció y Jukic jugó con la cabeza a la altura del aro en cuatro acciones consecutivas que pusieron al Pazo en pie. 32 puntos de ventaja para sentenciar el partido y mejorar el panorama en el average general de una clasificación que los mantiene en la pelea por el liderato y por jugar la Copa.
Quedan tres jornadas de una primera vuelta en la que el COB solo puede aspirar subir nota, porque los deberes hace tiempo que los tiene hechos. Palencia, Lleida y Breogán. Por ese orden.
Navidad a la vista para ilusionarse con un equipo empeñado en competir con los mejores y no solo por las victorias que suma. Es cuarto, con la inercia de equipo ambicioso y un baloncesto tan equilibrado y vistoso como el de cualquier otro pero sin la presión de a quienes el peso de su cartera obliga a no fallar.
