El COB ganó su primer partido y lo hizo en la primera jornada. Ahí, de momento, va con dos partidos de adelanto respecto a la temporada pasada. Pero a estas alturas de la película para el equipo ourensano la clasificación es secundaria. No es un Estudiantes o un Burgos obligados a no fallar nunca. El COB tiene claro que su objetivo es llegar a la victoria 12 y luego ver lo que queda. Sabe que esta liga es tan dura que va a castigar a cualquiera a poco que haya problemas, dudas o lesiones. Quiere ser ambicioso, pero por encima de todo prudente.
Lo más importante del primer partido es la seguridad que le dio al vestuario y la confianza al cuerpo técnico. Pero también la ilusión a la grada. Hubo comunión a primera vista entre un equipo impecable en intensidad, actitud y compañerismo y una afición que animó sin racaneos. Y ese es el camino.
El COB tiene todavía un margen de mejora enorme y ganar le dará la tranquilidad para hacerlo. El Pazo quiere vivir un año con más ilusión que agobios y para eso hay que tener los pies en el suelo y ser consciente de la liga en la que se está y el nivel que tiene.
