¿El mejor tirador del COB? El utillero

Moncho Vázquez se abraza al ex presidente del COB Camilo Vázquez con otro ex presidente, Fito Arribas a su lado.
photo_camera Moncho Vázquez se abraza al ex presidente del COB Camilo Vázquez con otro ex presidente, Fito Arribas a su lado.
El club rindió merecido homenaje a Moncho Cougil, personaje entrañable e imprescindible en los más de 30 años de historia del COB desde la ACB

Existen personas que nos parecen eternas en sus labores. Cuesta un gran esfuerzo acostumbrarse a no verlas más en sus puestos. Son cambios inevitables que nos recuerdan el paso del tiempo. Y nos duelen, en especial cuando se les profesa un especial cariño.  

Es el caso de Ramón Vázquez Cougil, conocido como ‘Moncho’, durante más de 30 años como utillero del COB. Campechano, divertido como pocos, cercano y alegre, siempre meticuloso en su trabajo, imprescindible en un club deportivo con un mínimo de seriedad.

Llegó al club tras el primer ascenso a la ACB. De entrada pensó que el trabajo iba a ser más tranquilo que el de camarero de un conocido club de alterne de la ciudad, donde tuvo que protegerse en alguna ocasión detrás de la barra de los tiros de un cliente furioso.

En su debut con el COB comprobó que su nuevo trabajo quizá no era tan peligroso, pero no se iba a aburrir. Dejó todas las botellas y toallas del equipo en perfecta alineación para repartir en los tiempos muertos. En el primero, el pivot Fran Crujeiras salió de la pista hecho una furia y arrasó a patadas con el material, tan elegantemente dispuesto. “¡Me largo de aquí!”, fue su primer enfado.

A duras penas lo convencieron para que continuase. Así lo hizo durante más de 30 años, repletos de éxitos, fracasos y muchos compañeros de trayecto. Los de casa, también imprescindibles y casi siempre los mismos -fisios, preparador físico, médicos, empleados del club...- y los que cada temporada recalaban en el Pazo -jugadores, técnicos y directiva- y forjaban el destino del equipo.

Sin saber inglés se entendía perfectamente con los extranjeros -cada temporada en mayor medida. Sin ser farmaceútico era un ávido lector de los Vademécum. Sin ser profesional era imbatible en los concursos de tiros desde el medio campo -y mira que pasaron buenos tiradores en 30 años de club- hasta el punto que llegamos a sugerir a algún entrenador hacerle ficha de jugador y diseñar la jugada ‘Moncho’: saque de banda, con triple bloqueo para que recibiese la pelota y lanzase con comodidad desde tan larga distancia. Infalible. Nadie accedió. He ahí la causa de más de un descenso de categoría.

Nunca se aburrió en su trabajo. Disfrutó tanto que era una fuente inagotable de anécdotas de jugadores -los estadounidenses en especial- entrenadores -capítulo aparte con Tim Shea- y algún delegado llamado Luis Rodríguez.

Una de las noches más divertidas de mi trayectoria siguiendo a este club fue una cena que mantuvimos en un desplazamiento del equipo. Moncho estuvo especialmente inspirado y prolífico en recuerdos. Los que allí estuvimos salimos con dolor de estómago de las risas. Una noche mágica.

El club tuvo ayer el gran detalle de reunir a decenas de exmiembros del club para rendirle homenaje. Diversas generaciones de compañeros, jugadores, entrenadores y directivos estuvieron a su lado una hora antes del comienzo del partido en el bar del Pazo, recordando tantos momentos entrañables. 

Minutos antes del salto inicial, se le entregaron varios y bonitos recuerdos, junto a una ovación entregada del Pazo que tantas veces vio vibrar desde el banquillo.

Ayer el COB no tuvo un día inspirado en el tiro. Félix Alonso, incomprensiblemente, no quiso recurrir a ‘la jugada Moncho’. El resultado siempre es derrota.

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