El Oviedo no estaba muerto ni de parranda

El jugador del Oviedo Óliver Arteaga busca un hueco en el encuentro ante el Estudiantes.
photo_camera El jugador del Oviedo Óliver Arteaga busca un hueco en el encuentro ante el Estudiantes.
El Oviedo, renacido después de tres victorias en cuatro jornadas, pondrá a prueba a un COB que tiene marcado en rojo el partido de mañana en Pumarín

El Renacido. Como si de la película “hollywoodiense” protagonizada por Leonardo Di Caprio se tratara, el Oviedo Baloncesto ha regresado a la vida. ¡Y de qué forma! Los asturianos tardaron en celebrar su primer triunfo del curso. Demasiado incluso. Siete jornadas con el ceño fruncido para empezar. Pero apareció la luz entre las tinieblas. Tres victorias en las últimas cuatro jornadas para dejar claro que ni estaban muertos ni estaban de parranda.

Con esa flecha hacia arriba llegan los de Trifón Poch al duelo de mañana ante el COB. “Si los llegamos a coger hace un mes…” puede pensar un aficionado cobista. Pero lo cierto es que en Pumarín se vivirá una batalla importante. A estas alturas, definitivo hay poco. Pero fundamental, sí. Dos equipos con el mismo balance y el mismo objetivo frente a frente. Uno se quedará con el triunfo, el otro con las dudas y los nervios.

El Oviedo ha vivido un tercio de la campaña. pero le han parecido como diez o doce por tanta intensidad. A los malos resultados se les unió la plaga de lesiones y los cambios en la plantilla. En los despachos, más de alguna cana y alguna arruga brotaron esas semanas. Difícil para sus aficionados aprenderse un quinteto tipo. Unas novedades que no han parado tampoco cuando la cosa ha ido repuntando. Esta misma semana aterrizó el estadounidense Clevon Brown, un ala-pívot físico que procede de la liga kosovar. Ya ha acumulado sesiones con sus compañeros y su debut será ante el COB.

En la zona ovetense se encontrará con Óliver Arteaga. El veterano interior canario llega tras bordarlo en el último triunfo de los suyos, en Almansa. Hombre con galones también en el “otro baloncesto”. Craig Lecesne, que también suma delante y detrás, Marc Martí o Adriá Domenech completan la batería en la zona de una plantilla que tampoco va sobrada de “cincos” puros precisamente.

Por fuera, el base de Florida Romeo Crouch dirige y anota, y lo hace cada vez más con la confianza en cotas máximas, con el joven Peñarroya a su vera. El islandés Thorbjarnarson es otro de los elementos importantes en el cuadro ovetense. Y Chuso González siempre garantiza esfuerzo y pelea en una competición que conoce.

Como conoce bien los banquillos Trifón Poch, incluso con batallas de más lustre y esplendor a lo largo de su dilatado historial que trata de poner ahora al servicio de los astures.

Un partido para ganar. Sin aditivos, artificios ni demasiadas terorías enrevesadas. Del resultado depende la posición en la tabla a corto y quién sabe si a largo plazo, por supuesto, pero también las sensaciones, las dudas y las certezas. El mítico Pumarín alberga mañana algo muy parecido a una final. Oviedo y COB se ven las caras con mucho en juego. Tocará dejar apartado por un par de horas aquello de gallegos y asturianos, primos hermanos. Es mucho lo que está sobre la mesa y solo se lo puede llevar uno.

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