Si al COB le dieran un céntimo cada vez que se escribió la palabra “permanencia” o “salvación” en las últimas semanas, el próximo verano tendría capital para fichar a varias estrellas del firmamento. Pero, esta vez, es casi la definitiva.
El Pazo acoge un duelo trascendental para dejar las apreturas atrás o para que los nervios sigan presentes. Llega el Oviedo en una tarde de homenajes y, seguro, gran entrada. Los de Guillermo Arenas (caprichoso giro del destino) tienen aún más exigencia. Oportunidad de oro para dejar los deberes hechos y que la fiesta sea completa en una tarde de emociones a flor de piel.
Los ourensanos afrontan el duelo tras una derrota que no suma pero refuerza. En cuadro, dieron la cara y pusieron contra las cuerdas al todopoderoso Palencia. Con más armas, el equipo quiere volver a las sensaciones y el juego de la buena trayectoria de las últimas semanas. “Es un partido que, de ganarlo, prácticamente sería definitivo para conseguir esa salvación. No al 100%, pero estaría muy cerca. Nos llevaría a una salvación virtual, por lo tanto, una vez que digo esto la trascendencia del partido es máxima. Jugamos en casa, venimos de ganar los tres últimos partidos y haciendo un buen baloncesto contra rivales complicados”, analiza Félix Alonso, técnico del COB.
Imposible no mirar hacia la enfermería aunque, en esta ocasión, con mejores noticias. Estarán casi todos los que son. Aboubacar será baja, pero volverán Peciukevicius y un Manjgafic recuperado en tiempo récord por los servicios sanitarios del club. El plantel cerró una de esas semanas de entrenamientos que gustan al técnico y, después de los ensayos, tocará dar la talla en la función principal.
Para ello será importante el paso adelante de Cera y Williams, aún con “Peci” listo para la acción. En el caso del estadounidense, motivación especial ante un técnico que le puso la cruz. Además, sin otro “cinco” sano, los problemas de faltas de Kuath (las que hace y las que le “empluman”) cobran especial trascendencia.
En una temporada de subidas y bajadas, lo único que se mantuvo regular fue el Pazo. Los aficionados volverán a dejar claro que llevan la camiseta con el “número 6”. Con el homenaje a Moncho merecido como a ninguno, las acciones del Área Social y la fecha y hora, se avecina “entradón”. “Creo que la afición es plenamente consciente de lo mucho que nos jugamos y, aunque es verdad que el día de Almansa vino en menor número por ser Miércoles Santo o porque probablemente alguno decidió quedarse a ver el Barça-Madrid, los que vinieron fueron fundamentales para nosotros”, explica Alonso.
Alicientes de sobra para un partido marcado en rojo. En ambos lados. El COB quiere ponerle la firma al objetivo para afrontar una recta final de liga lo más plácida posible.
