El COB cerrará el viernes la primera vuelta recibiendo el Valladolid y aspirando a conseguir 8 victorias que lo mantendrían en la pelea o incluso en puesto de play off de ascenso. El problema del equipo no es la clasificación, por ahora, son las sensaciones que transmite y con las que convive. No es normal ni aceptable no competir por rutina cada vez que coges el autobús.
Tanto Félix Alonso como Sergio Pérez Anagnostou tienen que darle una vuelta a lo que tienen entre manos más allá de todo lo que cualquiera ve por televisión. Asumiendo que no es fácil, porque ninguno de los jugadores que tienen está más señalado que otro, ni parecerían malos jugadores para cualquier proyecto o configuración, pero está claro que esta configuración en concreto no cuadra. Algo falla. Y la respuesta al qué, quiénes o cuántos tienen que darla ellos.
Jawara es la imagen del “quiero y no puedo” desde la lesión; la pareja de bases nunca es la culpable, pero tampoco es la solución; el tiro exterior es un dolor de muelas recurrente; Kacinas está peleado consigo mismo más minutos de los que se parece al jugador que ha sido siempre en los mejores equipos de la liga, Peter-McNeilly nunca se ha acercado al comodín que se esperaba y Romaro Gill parece que, pero no acaba de.
Si todo se resume a que no está Justin Turner tiene tanta lógica como gravedad. El escolta es el “pupas” de la liga y eso es pura mala suerte, pero el COB no puede ser una ONG que lo espere permanentemente. E incluso así, el rendimiento del COB no puede ser tan radical. Sin el jugador más importante, y por mucho que todo gire en torno a él , un equipo no puede dejar de competir así. Puede empeorar, pero no dejar de ser competitivo. Si lo es, o se ha hecho mal el equipo, o el resto no dan el nivel o no se está sacando todo lo que se podría de la plantilla. El algodón no engaña.
El COB ha decidido tirar para adelante con lo puesto y por convencimiento, pero lo grave sería tener que hacer cambios cuando sean por obligación, porque la clasificación pasase de ser una aliada al principal enemigo. Entonces el margen sería menor y además supondría asumir que se ha cometido un error. Que le pregunten al Burgos. Al de Diego Ocampo no, al otro.
