El equipo ourensano destrozó al Navarra, se asegura la permanencia y se mete en la pelea por el play off de ascenso jugando cada vez un mejor baloncesto
El COB juega contra la lógica. En una temporada condicionada por una cuenta atrás inmerecida y agridulce, el equipo ourensano parece empeñado en prolongar el desenlace de la campaña. Juega a la ruleta rusa alternando sin previo aviso tropiezos que invitan a la deserción del Pazo con recitales de acierto e implicación que obligan al aplauso.
En ese vaivén de sensaciones propias y ajenas, el COB se gusta en la recta final de la temporada y se apunta a la lista de candidatos al play off. De paso invita al Pazo a meditar sobre la idoneidad de ese desenlace y no finiquitar antes para centrarse en lo que realmente interesa. Visto lo visto ni tan mal. Mucho mérito tiene este equipo capaz de hacer dudar sobre si el play off de ascenso es el mejor preámbulo al ascenso en sí. Aunque sea en diferido.
Porque desde el primer día de esta temporada entre paréntesis la sensación sin fundamento ni lógica es de que hasta que acabe la LEB Oro no se puede pensar en la ACB. Mejor aún, que cuanto antes acabe esta temporada antes empezará la siguiente. Parece que no.
Por eso lo que queda por ver pinta bien y mejor aún si este puzzle de imberbes y canosos son capaces de jugar como lo están haciendo. Si es así, la ACB puede esperar un poco más.
Tras el banquete de arsénico recetado ante el Cáceres han llegado cuatro partidos sin mácula. Quizá el mejor COB de la temporada y capaz incluso de recrearse en el hándicap ganando con Rivero y Rejón de complementos y ayer incluso con Zamora en vaqueros. Va a ser cierto lo de la progresión permanente de los equipos jóvenes y por tanto el mérito de quienes los hacen mejorar a diario.
Muy superior
El Navarra lo sufrió. Fue inferior y punto. Sin jugar mal, ni siquiera tuvo opciones de competir la victoria. Se achicó en las zonas ante un Rowley que ha pasado de agachar la cabeza a retar con la mi- rada y con un Salash impulsado en confianza por un buen inicio. Eso y un Rejón de nuevo por encima del partido. Las estadísticas no mienten pero se quedan cortas. El ala-pívot tiene tanta calidad que cuando está de quiero no suma, multiplica.
Y en el perímetro tampoco. Justo empezó bien y desapareció, Narros no tuvo continuidad, Servera a cuentagotas y Bonhome jugó porque lo dice la estadística.
En el COB, Kapelan estuvo sobresaliente jugando un partido notable; Barreiro fue a más y Martínez fue el mejor jugador del partido por acierto y valentía.
Un COB que mantiene la cami- seta respecto al de hace dos meses pero en el que ahí se acaban las similitudes. Un equipo claramente a más desde el crecimiento de los que han sido secundarios hasta ahora mientras los de siempre se limitan a disfrutar de la eclosión y meditar a ritmo del Pazo sobre lo que está por llegar. La liga toca a retirada o a traca final. Todavía no se sabe.
