Opinión

PUNTO DE ENCUENTRO (OBISPOS-SACERDOTES)

En la mañana del 16 de diciembre, un singular -incluso histórico- encuentro de sacerdotes y obispos en la Casa de Ejercicios de Ourense. Terminaban unos ejercicios espirituales de sacerdotes. A primeras horas de la mañana un tempranero usual de internet registraba el nuevo obispo de Ourense: José Leonardo Lemos Montanet. Más tarde www.obispadodeourense.com lanzaba el nombre de don José Leonardo para la diócesis de Ourense: 'Queridos hermanos y amigos (en castellano), por providencia de Dios y a través de la llamada que hizo sobre mi persona el Santo Padre, Benedicto XVI, me ha encomendado el ejercicio del ministerio episcopal en la iglesia de Ourense'... Unas palabras para todos, especialmente para sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos. Mi lema episcopal es 'Omnia in caritate' y pido ayuda a San Martín, el patrono, y a Santa María Madre'.


Luego, la concreción de esta noticia y larga carta por correo electrónico al vicario general, en gallego, explicitando esta referencia a todo el pueblo ourensano. En una liturgia eucarística que se celebraba en ese instante se citaban en las preces y memoria al administrador apostólico Luis Quinteiro, al cardenal Carlos Amigo, que presidía dicha celebración, y al nuevo obispo recientemente electo. Se juntaba la acción de gracias y júbilo de os tres obispos presentes: el de Vigo y el ex obispo de Sevilla, y en el plano virtual al nuevo de Ourense. Los receptores de esta reunión eran una cuarentena de sacerdotes diocesanos y algunos de Lugo, de distintas escalas, como jubilados, un pequeño y selecto grupo de jóvenes clérigos, párrocos de la ciudad y provincia, algunos de la curia y del Seminario. Se oían también -en la lejanía- las campanas exultantes de varias iglesias en la capital. Hubo sentimientos y gestos tanto de agradecimiento como de alegría y nostalgia. Se culminó con un variado menú de platos típicos de la tierra y vino del país. Se recordó también los casi dos años de ausencia sin pastor propio, la memoria ya del prelado saliente que mostró su alianza, cercanía y ofrecimiento desde la ciudad vecina de Vigo. Se resaltaron los deseos de un esfuerzo entusiasta para lograr un Ourense mejor en todos los sentidos, en especial el religioso que más compete al sector eclesiástico.


Todos apostamos por el optimismo, a pesar de las dificultades y problemas que en Ourense se encuentran como en Galicia y en España, diagnosticada con el signo de la crisis. Se apela a la esperanza que aún no ha mermado, como también en la identidad nuestra, recurriendo al encuentro existencial, a través de los distintos servicios que hemos mantenido en nuestra espera. Convocándonos a impulsar un dinamismo nuevo en nuestra sociedad tanto a nivel religioso como social y humano. Nos dice el nuevo obispo que nos ponemos en manos de Dios y de todas las instituciones, en estos tiempos difíciles para todos, en especial para los parados y más necesitados y ser testigos así de una esperanza cristiana.

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