Opinión

¡Autónomos a los pies de los Plus Ultra!

Entremos en materia en otro episodio que promueve a raudales la igualdad social, económica y empresarial de nuestro maravilloso, portentoso y magnánimo Gobierno bipartito socialcomunista. Me estoy refiriendo a Plus Ultra Líneas Aéreas, la cual únicamente tiene actualmente un avión en su potente y dinámica flota aeronáutica. Pero esto no le ha impedido que por la calificación de "estratégica", por parte del Ejecutivo, reciba de la SEPI la insignificante cantidad de 53 millones de euros de nuestros impuestos. Teniendo en cuenta que en 2020 dicha compañía tenía 343 trabajadores, recibirá 154.000 euros de ayuda pública por cada empleado. Pues bien, hagamos ejercicio comparativo: si la ayuda directa del Gobierno de España a un millón de autónomos -penalizados y triturados por las normativas derivadas de la pandemia- es de 7.000 millones, pues cada empresario autónomo se vería correspondido con una media de ayudas de 7.000 euros, (sin contar los cientos de miles de autónomos a los cuales este Gobierno no los ha considerado "estratégicos" y los ha dejado a 0 euros y a punto de cierre y en ruina total y absoluta). Por lo tanto, este complicadísimo ejercicio comparativo para nuestra Administración estatal nos deja una brutal desigualdad de nada menos, y nada más, que 147.000 euros entre los empleados de la "aerolínea estratégica " y los "prescindibles autónomos".

Este hecho ha levantado, lógicamente, suspicacias, por lo que este nuevo episodio nacional ha acabado en el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid, en el cual se investiga ya a todo el consejo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales por una presunta malversación en la tramitación de la ayuda pública recibida por la compañía aérea. La verdad es que me da la sensación de que Pedro Sánchez y su nueva vicepresidenta de Empleo, como que parece que tienen prisa por darle la puntilla final a la columna vertebral económica de España. Y me pregunto: ¿es este el ocaso del empresario autónomo? La realidad actual nos manifiesta claramente que los fondos de inversión, las grandes corporaciones económicas, el comercio online multisectorial, las grandes superficies y la brutal crisis económica y sanitaria marcan, sin duda alguna, un cambio de ciclo donde el autónomo y la microempresa cada vez tienen menos espacio. Un ejemplo de ello lo apreciamos en las grandes cadenas de alimentación, las cuales ya han copado en su casi totalidad el mercado de perecederos en el sector de la alimentación, restándole así importante espacio a fruterías, carnicerías, pescadeiras, tiendas de ultramarinos o pequeños supermercados. Sus ofertas a cuenta de machacar a sus proveedores, sus tarjetas de compra con financieras propias, su venta a través de grandes plataformas online y un carrusel de ventajas competitivas dejan a una parte importante del comercio contra las cuerdas. Y la especialización o innovación, ya ni siquiera son armas resolutivas en esta desigual batalla por la supervivencia económica de decenas de miles de microempresas, donde menos del 20% del tejido empresarial está digitalizado.

En definitiva, todas las esperanzas -por los menos las mías- están puestas en que la libertad económica y social triunfe en Madrid el 4 de mayo, y que eso propicie, lo más pronto posible, un cambio político en la errática, caótica y destructiva gestión del actual Gobierno de España.

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