Como presidenta de la Asociación de Limpieza de Edificios y Locales de Ourense (Asorel), quiero mostrar mi sorpresa e indignación por las recientes declaraciones de los representantes de PSOE y OUeC, que han manifestado que el botellón “no es un problema que deba solucionarse con urgencia”. No es mi intención ni mi responsabilidad erigirme en la voz de los vecinos que tienen que aguantar estas quedadas nocturnas para beber, tampoco de los hosteleros; pero sí me corresponde ser la de los trabajadores de nuestras empresas de limpieza, esos de los que nadie parece acordarse. Trabajadores que, tras una noche de botellón, tienen que limpiar los accesos o incluso los portales de las viviendas, garajes, locales comerciales… próximos al botellón. Deben limpiar orina, vómitos, vasos, botellas, y un largo etc de desperdicios y basura que las personas que practican el botellón dejan en numerosos portales de viviendas, sufriendo la ciudadanía sus efectos, no sólo de noche sino también de día.
Quizás estos responsables políticos no sufran el botellón porque no se produce cerca de sus casas, quizás desconozcan sus efectos en las calles y viviendas próximas, pero desde luego lo que resulta intolerable es que demuestren tan poca sensibilidad hacia lo que muchos ciudadanos en Ourense sí consideramos un problema grave, porque lo venimos padeciendo de una u otra manera. Si desde el Concello, asumiendo la responsabilidad que a cada uno le corresponde, los representantes de los ciudadanos no están dispuestos a solucionar los problemas de los ourensanos…. ¿cuál es su función en la corporación municipal?.
Me sumo con este comunicado a la denuncia realizada, entre otros colectivos, por la Federación de Asociaciones de Vecinos Limiar, y reproducida en medios estos días, en la que su presidente condena la extensión de esta práctica por otras zonas de la ciudad después de haber sido casi erradicada de la Alameda. Y coincido con estos afectados en admitir que, además del problema de limpieza y salubridad que supone, otros como la seguridad y el ruido están también entre los lamentables efectos de esta práctica que pedimos erradiquen cuanto antes, pues sí es un asunto de urgencia para muchos vecinos.
Por lo tanto, dejen que seamos los ciudadanos los que decidamos la gravedad y urgencia de los temas que nos preocupan y, si quieren saber nuestra opinión, vayan a las zonas en las que hay botellón y pregunten, porque somos nosotros, como principales afectados, los que debemos decidir el nivel de gravedad de los problemas. Por favor, pregunten y escuchen a los ciudadanos de Ourense, no sólo cuando están en campaña, porque las elecciones se ganan o se pierden mucho antes. Celebro que a ustedes no les quite el sueño el botellón porque no se hace cerca de su casa, pero resulta muy preocupante que tampoco se lo quiten los problemas de sus votantes.
