Mártires de la lealtad -que del amor al arrullo- fuisteis de Prisa orgullo y honra de la modernidad, ¡ja, ja, ja! Permitan que me desencuaderne de la lealtad.
No hace tanto que murió quien un día dijo: No hay cojones para negarme un canal de pago, y de tan contundente argumento nació el Canal Plus. Posteriormente se adecuaron las normas para cambiar el polvo por brillo y permitir que dicho Canal pasara a emitir descodificado: nació Canal Cuatro. Más tarde se permitió que las emisoras locales de TV emitieran en cadena, estaba naciendo Localia. Las antiguas emisoras de radio pertenecientes a la cadena de Antena 3 se encontraron en manos de la SER sin que se cumpliese en tiempo y forma una sentencia del Tribunal Supremo.
Ahora los hombres de Zapatero, emulando el poema con el que empecé, dicen a los chicos de Polanco: En la tumba descansad, que el valiente PSOE jura con rostro altanero, más bien borbónico -de Fernando VII (of course)- que no pisará vuestra tumba la planta del extranjero. El extranjero llegó, se llama la Sexta y el lío se armó.
El señor Cebrián ha dicho: el decreto ley de la TDT es una intervención del Gobierno para doblegar a los medios. Hay que poner fin a la intervención del Gobierno en el mercado. Nos oponemos a un decreto de urgencia anticonstitucional que no tiene otro sentido que no sea ayudar a sus amigos. El consejero delegado de Prisa (editor de El País) ha señalado que no hay una guerra de medios, sino una guerra del Gobierno contra medios independientes (¡je,je!).
Para Cebrián, la aprobación de este decreto ley es una guinda más de una forma de gobernar por capricho. Según la ley de Mahoma... ah, y para ver el futbol ¡a pagar malditos! ¿Cuándo hay elecciones?
