Blanco, en USA. La esperada y criticada intervención del presidente Zapatero en el National Prayer Breakfast (Desayuno de Oración) de ayer en Washington, resultó mucho más acertada y brillante de lo esperado. Citó el pasaje del capítulo 24 del Deuteronomio que dice: No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal, y desarrolló una supuesta plegaria para reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello.
En mi modesta opinión, su actuación fue más que correcta, alejada de la desafortunada y vacua metáfora del viento propietario de la tierra. La intervención de Hillary Clinton, la más extensa de todas, fue magnífica y superó por muchos puntos a la del presidente Obama como cierre del acontecimiento.
Mientras el blanco del éxito acompañó a ZP en USA, en España el negro más negro, el fracaso más duro le espera. La paz sindical por la que tanto ha luchado nuestro presidente se empieza a resquebrajar, la encuesta del CIS le sitúa casi cuatro puntos por debajo del PP y por vez primera pierde el liderato de los políticos y es superado por Rosa Díez, desde fuentes cercanas a Alfonso Guerra se propone la necesidad de la formación de un gobierno de coalición, en Bruselas el ex candidato y actual comisario Joaquín Almunia compara la delicada situación económica española con la dramática existente en Grecia y Portugal.
Muchos miembros del entramado político funcionarial socialista en sus diferentes siglas empiezan a sentir el canguelo de perder sus trabajos y comienzan en sigilo a buscar el posible salvador. El posible tablón sucesor, Javier Solana, uno de los pocos que habla idiomas y tiene prestigio internacional, parece que no está por la labor. La vicepresidenta Fernández de la Vega estaba ayer descolorida de faz y vestuario.
En resumen, Zapatero blanco blanquísimo junto al presidente Obama y con un porvenir negro negrísimo junto a la descolorida y blanca paloma vicepresidencial.
