Opinión

La foto

Decían que: tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, no los enumero y digo: ‘tres fotos hay en la historia que causaron sensación’; dos en el siglo pasado y la última la semana que ayer terminó. La primera, épica-dramática. Aquella en que un oficial sudvietnamita disparaba en la sien de un adversario y que determinó un cambio en la opinión publica mundial respecto al conflicto asiático. La segunda, erótica-bufa. Una joven aristócrata que mantenía supuestas relaciones íntimas con uno de los célebres albertos fue fotografíada en un famoso lugar nocturno madrileño con la peculiar circunstancia de que le habían prescrito las bragas y mostraba su más íntimo y florido recibidor. La tercera, obra de algún duendecillo liberado por nuestro compatriota amigo de Bush y antecesor de ZP, es la que ha mostrado el histórico momento de la conjunción familiar de parte de los Obama y la totalidad de los Rodríguez-Espinosa. El injusto chismorreo había comenzado por el traslado, en el avión del Presidente ZP, de sus hijas. Me parece una estupidez; el exceso de peso que supone el traslado de los familiares no pone en riesgo la seguridad del avión.


Los gastos de estancia familiar no dudo que habrán corrido por cuenta de nuestro Presidente que podrá mostrar las facturas con más diligencia que las de los trajecitos del señor Camps. Criticar la presencia en el viaje de la familia presidencial es una chorrada, mi querido amigo, como hubiese dicho un señor que mandó mucho tiempo en Galicia. Ahora bien, lo que no entiendo es lo poco cuidada que ha sido la foto de marras. La Presidenta es una mujer elegante y atractiva y que en esta ocasión ha posado con una extraña posición de sus distinguidas piernas, a lo Lina Morgan que le han restado atractivo y elegancia. El señor ZP con su carita y gesto pre orgasmal, por la cercanía de sus anfitriones, dejaba entrever su fuerte personalidad. Las niñas, ¡ay la niñas!, que no dudo serán unas lindas e inteligentes jovencitas, aparecieron vestidas en línea con el llamado estilo gótico pero no en el de las catedrales, el de esos individuos llamados también ‘oscuritos’ o ‘siniestros’ (por otros dark) que se distinguen por la supuesta idolatría de la muerte, la tez blanquecina, la ropa oscura y los pensamientos pseudointeligentes. No sé si portaban la cruz de Ankh (la cruz egipcia, cruz de la vida). Una pena que, repito, unas niñas guapas e inteligente, aparecieran en un acto oficial de tal importancia, con una imagen que les acercaba a conseguir una ‘concha de plata 2009’. Las botitas eran un primor, los vestiditos no creo que diseñados por Juan Oliva, prestaban a las jovencitas un aspecto de ‘Halloween’ o de parientas del legendario habitante de Notre Dame de París. ¡Y dice que nos va a sacar de la crisis!

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