Opinión

¡Mañana sale!

Con estas dos palabras anunciaban las loteras callejeras la llegada del gordo; con las mismas palabras anunció la decisión del señor Rajoy que conoceremos mañana: el santo Job del siglo XXI va a hablar. Expectación, temor e ilusión en los seguidores del PP; sonrisa, temor y esperanza en los partidarios del PSOE. Recordemos: Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea (refrán). La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte (B.Franklin). No hay auténtico genio sin paciencia (G.Leopardi). La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo (J. de la Fontaine).


El señor Rajoy ha demostrado que es un hombre paciente que ha intentado dar tiempo al tiempo, capear los temporales y esperar que la ineficacia del señor Zapatero le haga llegar a la tierra deseada del triunfo y el poder, casi con el mismo y fortuito esfuerzo con el que el 11-M-2004 se lo arrebató el que con el tiempo llegaría a ser ZP. ¡Con eso no basta señor Rajoy! Los seguidores del PP quieren tener al frente un líder al que se le noten más los pelendengues, al que le respeten más los segundones. En Valencia tiene usted a un ‘curita saltarín’ que le gusta, según parece, vestir a la medida y que hoy se la está jugando a usted. En Madrid navega usted como el pirata, con Esperanza a un lado, Gallardón con su caro sueño olímpico al otro y, allá, a su frente, Prisa, a quienes preocupa el titular que mande en Caja Madrid y de quien dependerá en gran parte la posibilidad de su saneamiento económico. En cubierta, como gestor indirecto de unos intereses empresariales, el vicealcalde de Madrid atacando groseramente y con el explícito respaldo de su jefe, el que tenía una corazonada, a sus compañeros de la Comunidad. Le toman a usted como al pito de un sereno.


El señor Herrera ya ha anunciado que o arregla usted el gallinero o se queda usted más solo que la una. O pone usted los pelendengues encima de la mesa o le joroba el plan de ocho años de descanso que se preparó inteligentemente el señor Aznar en el 2003. No le falle usted, que le nombró, no por ser el más adecuado y brillante, era, y es usted, el más gris y eficaz. El señor Aznar pensó inteligentemente que estaría ocho añitos en la actividad privada forrando su riñón y que luego le sustituiría a usted sin problema, pero se equivocó, inició el fallo de su plan el mismo 11-M-04, cuando a las 10,30 no tuvo la cintura política de nombrar un gabinete de crisis ante la gravedad de lo ocurrido, incluyendo a los líderes de la oposición. ¿Hubiera podido hacer lo mismo el inefable señor Rubalcaba?: España no se merece un Gobierno que le mienta, hay que...


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